A pesar de ser uno de los grandes desafíos de nuestra era, el acceso al agua supone una mejora inmediata de la calidad de vida de quienes se nutren de ella. Es una de las ventajas compartidas con el conocimiento. Gracias a la beca que me ha concedido Fundación Aquae he podido experimentar de forma simbiótica la unión entre mis dos grandes pasiones.
El conocimiento es el eje que articula mi vida. Gracias a él he podido salir adelante, sorteando todas las dificultades. En nuestras sociedades, el conocimiento es el único motor legal que permite elevar nuestro nivel de vida, es el camino, no al reconocimiento social, sino a la valoración de los objetivos de la vida. El Conocimiento es poder, pero el poder experimentado a través de la mejora de la vida humana; el conocimiento adecuado y bien dirigido transforma nuestras mentes y nos permite trascender, lo que le confiere la máxima importancia en mi vida.
Mi fascinación por el agua procede de cuando era niño, en Colombia. Atravesaba una crisis energética, combinada por una sequía sin precedentes que amenazó la disponibilidad hídrica, obligó a racionamientos de agua y energía en todo el país. Esto, combinado con el hecho de que la calidad y cantidad de agua de consumo humano era muy limitada; e inclusive en este momento, no existe una capacidad adecuada de depuración de las aguas residuales; me llevaron a fascinarme por aquel sueño, aquella posibilidad de aprender y trabajar con el agua.
El agua como fuente de calidad de vida
Colombia, una potencia hídrica mundial, en la que sin embargo, 20 millones de colombianos viven en zonas donde existe algún tipo de dificultad de acceso a servicios de Agua y Saneamiento. Mi motivación principal por trabajar en el sector del agua es aportar una ayuda para hacer accesible el agua a los millones de personas que, tanto en mi país de origen, como en el resto del mundo, sufren de privaciones del recurso hídrico.
Es sorprendente cómo en las grandes ciudades, existen condiciones aceptables de los servicios públicos relacionados con el agua; sin embargo, las ciudades pequeñas, el campo, la selva, las llanuras, las costas, padecen de una escasez crónica de soluciones a todo nivel respecto al agua.
Existe mucho por hacer en cada esquina del mundo, y es imperioso contar con el conocimiento necesario para comprender y solucionar estas problemáticas; lo que me llevo a decidirme trabajar en el sector agua.
Retos y avances en el sector del agua
A pesar de su capacidad de mejorar la calidad de vida de quienes acceden a ella, el sector del agua se enfrenta a una amplia gama de retos. Estamos trabajando para crear y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de los servicios de acueducto y alcantarillado. El cambio climático está generando los patrones climatológicos más volátiles y extremos en la historia de nuestra civilización.
En los últimos años hemos visto grandes sequías, inundaciones, y los extremos de lluvia y el frío. Esto ha llevado a la escasez y el exceso de precipitaciones, a veces ambas cosas a la vez, generando problemas geotécnicos e hidrológicos. Al mismo tiempo, las normas ambientales son cada vez más estrictas, particularmente en asegurar la calidad de fuentes hídricas superficiales.
Esto requiere los más altos estándares de tratamiento de agua. Otro gran reto del agua tiene que ver con el crecimiento de la población humana. Con el incremento de la población, también lo hará la demanda de agua para la agricultura y la generación hidroeléctrica.
La investigación como eje fundamental
La tecnología del agua existe, solamente es cuestión de crear las condiciones para que sea accesible, que sea versátil, adaptable a las condiciones diversas alrededor del mundo, que sea sostenible, que sea económicamente sustentable, y lo más importante; para que se le otorgue la importancia y el cuidado que el agua merece, bajo todos sus usos, aprovechamientos y fases.
Les recomendaría a los nuevos estudiantes e investigadores del agua que nunca dejen de aplicar lo aprendido; que, si están en la academia, salgan a la vida laboral del exterior; si están en el exterior trabajando, vuelvan a la academia; y combinen los dos saberes, el saber académico y el saber laboral.
Solamente de esa manera, entre todos, podremos interpretar y acometer adecuadamente los retos del agua en un mundo dinámico.