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Agua y transparencia informativa

30 de Noviembre de 2020
Arturo Larena, director de EFEVerde, reflexiona sobre el papel de la información ambiental como mecanismo para tomar conciencia de la escasez de recursos naturales como el agua
El agua es esencial para la vida. Forma parte de nuestro día a día. Bebemos, nos duchamos, la utilizamos en nuestros inodoros… y ahora es básica para algo tan, aparentemente trivial, como lavarnos las manos y las medidas de higiene esenciales para frenar la pandemia provocada por el coronavirus SAR-CoV-2.

El agua es esencial, es como el acto de respirar, básica e imprescindible. Y, sin embargo, quienes vivimos en el denominado primer mundo no valoramos lo suficiente lo que supone disponer de servicios de abastecimiento y saneamiento de agua de calidad.

Maltratamos este recurso y olvidamos que más de dos mil millones de personas no tienen acceso a agua potable en sus viviendas y que la escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, según datos de la ONU y la OMS. Otro dato para reflexionar: se estima que, cada día, alrededor de mil niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene.  Incluso en esto,  al agua y a los servicios que proporciona,  hay ricos y pobres.

El agua es esencia, pero en nuestra sociedad, tal vez por la facilidad con la que accedemos a este recurso, el agua no ocupa el espacio informativo que se merece. No porque se hable escasamente del tema, sino por lo poco que, en general, profundizamos en sus aspectos socioambientales.

De hecho, si repasamos las hemerotecas, es sorprendente ver la cantidad de información en la que el agua es protagonista, pero curiosamente esa información —en general, insisto— no suele estar encuadrada en la temática ambiental ni ahonda en la importancia del recurso.

El agua es esencia, pero en nuestra sociedad no ocupa el espacio informativo que se merece

Así, durante mucho tiempo, las noticias sobre el agua han estado relegadas a las páginas de información local (problemas de abastecimiento, roturas de conducciones, impacto sanitario por la calidad del recurso o su deficiente depuración…) o agroalimentarias. No en vano son problemas cotidianos en los que se centra el periodismo de proximidad. Yo mismo lo he podido comprobar y poner en práctica cuando he sido jefe de información local en Madrid o delegado de EFE en Extremadura o Galicia.

Tal vez porque en este ámbito del periodismo local se cumple una de las reglas de la agenda setting (1): la proximidad (las otras son: actualidad, novedad, relevancia, conflicto, impacto y empatía) y, por lo tanto como usuarios, que nos corten el agua es una noticia significativa, ya que nos afecta directamente.

Arturo Larena, director de EFEVerde, reflexiona sobre el papel de la información ambiental como mecanismo para tomar conciencia de la escasez de recursos naturales como el agua

También las páginas de información económica acogen estos contenidos con el «eterno debate» sobre el valor y el precio del agua o sobre la construcción de infraestructuras hídricas, entre otras cuestiones, en muchas ocasiones vinculadas a los cíclicos periodos de sequía.

Naturalmente, estas noticias las encontramos con profusión en las páginas de política, principalmente dentro del denominado «periodismo de declaraciones», donde generalmente se remarca el conflicto, sobre todo durante los periodos de sequía. También con ocasión de la transferencia de este recurso entre cuencas (los polémicos trasvases). Además, las hemerotecas están llenas de titulares en los que, desde diferentes instancias y sensibilidades políticas —especialmente cuando se está en la oposición—, se aboga por un gran pacto de Estado en materia de agua y por la solidaridad interterritorial, algo que, como comentaba anteriormente, suele coincidir con periodos de déficit hídrico.

Como climáticamente el panorama no es halagüeño, si tenemos en cuenta que la «metasequía» es cíclica en España y que los modelos sobre la evolución de la crisis climática en la cuenca del Mediterráneo apuntan a que es una de las zonas que ya es de las más afectadas, está claro que cada vez va a hacer falta más espacio para estas cuestiones, que deberán ser trasladadas con seriedad, argumentos y pluralidad de fuentes.

Conocer para valorar

La directora ejecutiva de SEO/Birdlife, Asun Ruiz, suele señalar —refiriéndose a la Red Natura 2000 de la UE y al medio ambiente en general— que para valorar hay que conocer y, en este sentido, resalta el trabajo de los medios de comunicación, que ejercen una labor de formación no reglada. Traigo este ejemplo a colación del tema del agua porque precisamente SEO/Birdlife y EFEverde de la Agencia EFE desarrollaron durante cinco años un Proyecto Life de Información y Comunicación de la Unión Europea que permitió poner en valor y en el mapa informativo esta gran red de espacios protegidos, en base a información periodística, independiente y plural. Es un ejemplo de cómo una agencia de noticias pública y una entidad conservacionista pueden cooperar cada una desde su independencia para revalorizar un bien común sin hurtar las voces críticas.

Por eso estoy convencido de que, en materia de agua, como ha ocurrido con la Red Natura, también es esencial contar con información ambiental clara y fluida y tender alianzas entre las distintas entidades implicadas en su gestión para impulsar este tipo de contenidos.

El ODS 6 se centra en lograr el acceso universal y equitativo al agua potable segura y asequible

Hoy la información ambiental ha ganado espacio, en paralelo a la importancia social y política que han ido adquiriendo estas cuestiones, en especial por la crisis climática. Estamos en una situación de emergencia y la sociedad —salvo excepciones— demanda medidas. El agua es uno de los recursos que ya se están viendo afectados y Naciones Unidas dedicó, este año 2020, el pasado Día Mundial del Agua al cambio climático. Es una llamada de atención más que se suma a la iniciativa desarrollada entre 2005 y 2015, cuando la ONU alentó el Decenio Internacional para la acción «El agua, fuente de vida».  Un lema, que cobra actualidad y vigencia en este momento. ¿Podemos imaginar cómo abordaríamos las imprescindibles medidas higiénicas en una situación de escasez de este recurso?  Resulta difícil, pero es algo que ya ocurre y a lo que se enfrentan millones de personas en muchos puntos del planeta.

No debemos olvidar en este punto que uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, el ODS 6, se centra en agua limpia y saneamiento con los siguientes propósitos de aquí a 2030:

«Lograr el acceso universal y equitativo a agua potable segura y asequible. Lograr un acceso adecuado y equitativo a servicios de saneamiento e higiene para todos y acabar con la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y niñas y de aquellos en situación de vulnerabilidad. Mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, eliminando los vertidos y minimizando la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad la proporción de aguas residuales no tratadas y aumentando el reciclaje y la reutilización segura a nivel mundial».

Alcanzarlo aún está lejos en muchas partes del planeta y, junto con las acciones en infraestructuras, siguen siendo esenciales la formación y la información. También unas políticas públicas que prioricen los aspectos ambientales y sociales como forma de alcanzar una transición justa, que tomen como referente el nuevo pacto verde de la UE, sobre el que pivotará la recuperación post pandemia. El periodismo ambiental tiene mucho que aportar, a todo ello. Somos más profesionales y estamos mejor preparados, y la ciudadanía demanda unos contenidos que han venido para quedarse.

(1) Enunciada por Maxwell McCombs y Donald Shaw, establece que la selección temática de los medios influye en la selección o percepción del público.

ACERCA DEL AUTOR

Arturo Larena

Periodista ambiental, director de EFEverde de la Agencia EFE y Premio Nacional de Medio Ambiente. Recientemente ha sido elegido uno de los 100 personajes latinos más influyentes en materia de lucha contra la crisis climática por la Fundación Sachamama con sede en Miami.