El agua y trabajo van intrínsecamente ligados. Desde su captación hasta que es devuelta al medio ambiente y en sus diferentes usos intermedios, es esencial para crear y apoyar el empleo, tanto directo como indirecto. Del 78% de la población activa mundial que depende del agua, el 42% (1.400 millones de puestos de trabajo) lo hace de forma intensa.
Datos sobre el agua y el trabajo
Además de los puestos de trabajo en la agricultura y la industria, entre los sectores con empleos fuertemente dependientes de este preciado recurso se cuentan la silvicultura (gestión de bosques y montes), la pesca y la acuicultura (crianza de especies acuáticas vegetales y animales), la minería y la extracción de recursos, el suministro de agua y el saneamiento, así como la mayoría de tipos de generación de energía. En esta categoría también se incluyen algunos empleos del sector sanitario, el turismo y la gestión de ecosistemas.
El otro 36% de la población activa mundial (1.200 millones de personas) es moderadamente dependiente del agua. En este caso, se trata de sectores como la construcción, el ocio y el transporte. Estos no requieren grandes cantidades de recursos hídricos para desarrollar la mayor parte de sus actividades. Sin embargo el agua es un componente necesario en una o más fases de sus cadenas de producción.
La directora de la Cátedra AQUAE de Economía del Agua, Amelia Pérez Zabaleta, subraya que «el 95% del empleo en la agricultura depende directamente del agua lo que, unido a la creciente necesidad de producción de alimentos, vinculada al aumento de la población, incrementarán considerablemente el número de personas con trabajos relacionados con este recurso en el futuro». Lo mismo sucederá en otros sectores intensivos en agua (energía, farmacéutica, química). Y es que un crecimiento de la población y la producción requerirán de un mayor número de personas trabajando en dichas industrias.
Agua: motor económico de una sociedad
La transversalidad del agua y su relación con el trabajo tiene alcances que impactan en el desarrollo social y económico de la población mundial. Uno de los sectores en los que más influye este recurso es el energético. «La producción de energía hidroeléctrica depende directamente del agua. En 2017, un año de sequía, la contribución de la energía hidráulica a la generación eléctrica total en España se vio drásticamente reducida del 14,8% al 7,5%», explica Pérez Zabaleta.
Sector primario e industria alimentaria
Otro sector de empleo claramente dependiente del agua es el sector primario y la industria alimentaria. Un ejemplo: producir una bolsa de patatas fritas conlleva la utilización de 185 litros de agua. Las cifras de agua utilizada se disparan para productos cárnicos como una hamburguesa. Esta necesita 2.400 litros, o un kilo de carne de res, que utiliza 15.000 litros en su producción.
«Debemos tener en cuenta que el crecimiento demográfico esperado en las próximas décadas (en 2050 la población mundial alcanzará los 9.700 millones de habitantes) implicará una mayor necesidad de producción de alimentos. Por eso, resulta esencial invertir en una agricultura y ganadería más eficiente en el uso del agua», advierte Amelia Pérez Zabaleta.
Setor textil
De los sectores del trabajo a nivel mundial que sobreviven del agua, en el textil el agua es absolutamente clave. Tanto en la producción de la materia prima como en los procesos de tinte y acabado. Un ejemplo: para producir un kilo de algodón (fibra natural más usada a nivel mundial), contando todo el proceso (consumo de agua de lluvia, regadío y el caudal necesario para diluir los contaminantes en los procesos de producción) se necesitan 10.000 litros de agua, es decir, que la huella hídrica de una sola camiseta de 250 gramos es de 2.500 litros de agua de media global. Lo mismo ocurre en el sector papelero y del cartón, que representa el 27% del consumo de agua por parte de la industria. Para producir una hoja se necesitan 10 litros de agua.
¿Cuánta agua se consume en el mundo?
Según datos de la OCDE, los países que más agua utilizan, más allá del trabajo mundial, (recursos hídricos totales por volumen de población) son Estados Unidos (con 1.282 m3/habitante), Canadá (1.017) y Australia (870). «Resulta especialmente alarmante que algunos de estos países son precisamente aquellos con mayores problemas de escasez de agua. Estos países deberían tomar medidas para tratar de contener el consumo. Esto se puede conseguir a través de la mejora de la eficiencia, el fomento de una economía circular o la concienciación ciudadana», explica la directora de la Cátedra AQUAE.
En el caso de España, el agua total utilizada por volumen de población se sitúa en 799 m3/habitante, ligeramente por debajo de la media de la OCDE (819). Si nos fijamos en el consumo doméstico de agua (necesidades diarias de consumo, aseo, limpieza o riego) España se sitúa en 132 litros diarios por habitante; consumo que ha ido reduciéndose sustancialmente en los últimos años. Mientras que en países como Estados Unidos o Canadá esta cifra supera los 300 litros por persona al día.