La importancia del agua en los seres vivos
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La importancia del agua y sus funciones en el planeta es crucial para la vida de todos los seres vivos que en el habitan. Este recurso natural permite el correcto funcionamiento de los procesos biológicos de los ecosistemas y, a su vez, garantiza la supervivencia de todas las especies animales y vegetales que habitan en nuestro planeta.
El agua es uno de los recursos más presentes en los seres vivos. No se trata tan solo de la necesidad de beber, de hidratarse, sino que el agua es reguladora de los ecosistemas terrestres, manteniendo el equilibrio necesario para la subsistencia animal y vegetal. Entre sus fucniones destaca ser un auténtico regulador natural del clima. Sin el agua, esta estabilidad se debilitaría.
La importancia del agua para el ser humano
La importancia del agua para el ser humano es evidente, en tanto que el porcentaje de agua en nuestro cuerpo casi alcanza las dos terceras partes. Está presente en los tejidos corporales y en los órganos vitales. Es un elemento fundamental para procesos corporales vitales. Sin beber agua no podríamos sobrevivir más allá de tres o cuatro días.
El agua es esencial para el desarrollo de procesos orgánicos como la digestión, así como en la absorción y eliminación de desechos. Además, estructura el sistema circulatorio y distribuye nutrientes hacia todo el cuerpo a través de la sangre. Otros de los principales beneficios del agua para nuestro organismo son: mantiene la temperatura somática al eliminar el calor sobrante con su salida en forma de transpiración y vapor a través de la piel, alivia la fatiga, evita dolores de cabeza o reduce los riesgos de problemas cardíacos.
Por otro lado, vemos la importancia del agua a través de las actividades que realiza el ser humano. Principalmente porque se usa para la agricultura en un 70%, en un 15% en la industria y el otro 15% para uso doméstico.
El ciclo del agua, vital para los ecosistemas
El ciclo hidrológico es de gran importancia para los ecosistemas naturales y la regulación del clima. El agua está en continuo movimiento a través del cambio que efectúa en sus tres diferentes estados -líquido, sólido y vapor- y se encuentra tanto en la superficie terrestre como debajo de ella. La alteración del ciclo del agua, como está sucediendo con el cambio climático, supone también modificar la vida de los ecosistemas del planeta.
Aunque el total del agua presente es relativamente constante, no lo es su disponibilidad. De ahí la necesidad de tener clara la importancia del agua para llevar a cabo una gestión adecuada y sostenible de su consumo que evite el agotamiento de este recurso y el estrés hídrico.
La importancia del agua para las plantas
La importancia del agua para las especies vegetales que componen nuestro medio natural es tal que un cuerpo vegetal está compuesto de ella en un 70-90%. Las plantas absorben el agua que procede de la lluvia, principalmente, aunque también puede ser a través del regadío.
La mayor parte del agua que absorben se pierde a través de la transpiración y usan tan solo cerca del 1% para sus procesos bioquímicos. Pero sin agua, el mundo vegetal estaría expuesto a la extinción; y el planeta, a la sequía.
El agua, como disolvente universal, disuelve muchas sustancias. Característica que permite que sea un medio de transporte para los nutrientes minerales que se encuentran en el suelo y que así llegan a las plantas. A su vez, es un reactivo químico que permite la fotosíntesis, esencial para la vida.
Los retos del cambio climático en el sector hídrico
El agua es imprescindible para sostener la biodiversidad, ya que su escasez es sinónimo de pérdida de especies y ecosistemas. Y es también un elemento clave frente al cambio climático: el calentamiento global provoca aumentos de sequías, lluvias torrenciales e inundaciones que producen migraciones, cambios en los ecosistemas y la desaparición de fauna y flora.
El incremento de las temperaturas conduce al deshielo de los glaciares y, con ello, aumenta el nivel del mar. Por otro lado, calienta los océanos y acidifica sus aguas, evitando que cumplan su función de sumideros de CO2 y afectando a las especies marinas.
En este contexto, se debe tener en cuenta la importancia del agua en la lucha contra el cambio climático, puesto que una mejor gestión, un mayor cuidado y un consumo más responsable de ésta contribuirán a mitigar sus efectos.
El agua, y su ausencia, en el mundo
A día de hoy, hay muchas zonas del mundo que no disponen de agua potable y saneamiento de la que sus habitantes puedan hacer uso. Esto es de sobra conocido, pero queda patente el 19 de noviembre, fecha en la que cada año se celebra el Día Mundial del Saneamiento, que busca crear conciencia sobre los 4200 millones de personas que carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura.
Es por eso que, con los datos que proporciona la Organización Mundial de la Salud (OMS), es fácil darse cuenta de la importancia del agua en nuestra vida, pero sobre todo hasta qué punto es imprescindible.
- En el año 2015, el 71% de la población mundial utilizaba un suministro de agua potable gestionado de forma segura (ubicado en el lugar de uso, disponible cuando se necesita y no contaminado). Es decir, estos datos dejan fuera a casi una tercera parte de la población mundial.
- Ahondando más en el asunto, 844 millones de personas no tienen, ni tan siquiera, un servicio básico de suministro de agua potable.
- Es por eso, que beber este agua contaminada puede acarrear, y acarrea, múltiples enfermedades a sus consumidores. Entre ellas esta situación puede transmitir a sus consumidores diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea o poliomelitis.
- Y en zonas como estas, esta inseguridad, supone más de 502.000 muertes al año por diarrea debido a la contaminación del agua potable.
- Además, en el año 2025, a los problemas ya existentes en el agua se le van a añadir los ocasionados por la crisis climática, y por ello se espera que más de la mitad de la población del mundo viva en zonas de escasez de agua.
Y es que la lluvia es nuestra principal fuente de abastecimiento de agua. Su ciclo cumple, habitualmente, el siguiente proceso: el agua se evapora del suelo y de las plantas hacia la atmósfera y luego se precipita sobre la Tierra y se distribuye a través de ríos, lagos y humedales. Sin embargo, las precipitaciones pueden variar mucho de unos lugares a otros, lo que produce enormes problemas de escasez de agua en lugares como África, donde gran parte del territorio es árido.
Así, que ya sea porque la escasez del agua es ya visible en muchas partes del planeta, o porque pueda serlo en un futuro cercano en otras muchas, debemos interiorizar la importancia del agua en nuestras vidas y cuidarla para que podamos disfrutar de este bien tan preciado el mayor tiempo posible. Porque la ausencia de la misma puede desatar además de problemas de salud, también diplomáticos y migratorios en un mundo ya complejo como el actual.
Porque, aunque el agua cubre gran parte de la Tierra, solo el 2,53% es agua dulce, y además, 2/3 de este agua dulce está congelada en glaciares o en lugares con nieves perpetuas, y su uso por tanto es muy limitado.
Por todas estas razones es muy importante conocer nuestra huella hídrica. Este indicador nos permite conocer cuánta agua consumimos más allá de aquella que bebemos diariamente. Bernardo García, creador del canal de divulgación Think Twice Show, nos explica en esta Máster Class, este concepto y cómo afecta la riqueza al consumo de este valioso recurso.
Además, desde Fundación Aquae ponemos a disposición nuestra calculadora de huella hídrica. Porque solo conociendo el consumo que hacemos de este recurso podremos tomar conciencia para protegerlo.