El cambio climático doblará las emisiones de CO2 en los lagos
En cada gota de agua dulce se pueden encontrar miles de moléculas orgánicas diferentes. Al observar este conjunto de moléculas y al medir su diversidad, así como al evaluar la manera en la que interactúan con el entorno en el que se encuentran, los investigadores han encontrado un mundo invisible que afecta a la manera en que funcionan los ecosistemas de agua dulce, como lagos, y que, además, pueden contribuir a las emisiones de carbono o gases de efecto invernadero.
Las emisiones de carbono en los lagos
A partir de estos hallazgos, los investigadores, un grupo de científicos internacionales de Cambridge, Canadá y Alemania y que han publicado su estudio en la revista PNAS, han concluido que los sedimentos que se encuentran en el interior de lagos de agua dulce poco profundos producen al menos una cuarta parte de todo el dióxido de carbono y más de dos tercios de todo el metano que es liberado por los lagos a la atmósfera. Además, sugieren que el cambio climático puede ocasionar que los niveles de gases de efecto invernadero emitidos por los lagos de agua dulce del norte aumenten entre 1,5 y 2,7 veces.
«Lo que tradicionalmente hemos llamado ‘carbono’ en agua dulce resulta ser una mezcla muy diversa de diferentes moléculas orgánicas basadas en carbono«, dijo el Dr. Andrew Tanentzap, del Departamento de Ciencias de las Plantas de Cambridge, quien dirigió la investigación. «Hemos estado midiendo ‘carbono’ en agua dulce como un proxy para todo. Desde la calidad del agua hasta la productividad de los ecosistemas de agua dulce. Y nos hemos dado cuenta de que es la diversidad de este mundo invisible de moléculas orgánicas lo que es importante».
Debido al aumento de las temperaturas, la cubierta vegetal se encuentra en crecimiento en los bosques de las latitudes del norte. Así, durante la investigación, encontraron que en varios lagos canadienses había una mayor diversidad de moléculas orgánicas -y que contienen carbono en su estructura-. Estas acaban en el agua a través de la materia que expulsan las plantas y los árboles cercanos.
Más moléculas orgánicas, más gases de efecto invernadero
Estas moléculas orgánicas, a su vez, son fuente de alimento para gran parte de los microbios que se encuentran en los sedimentos de los lagos, que descomponen esas moléculas y, por tanto, provocan la liberación de dióxido de carbono y de metano.
Por tanto, cuantas más moléculas orgánicas, más gases de efecto invernadero producirán esos microbios. Estos pueden producir también emisiones. Como consecuencia la diversidad de moléculas orgánicas está relacionada de manera más estrecha con los altos niveles de concentración de gases.
Además, algunas de estas moléculas se pueden descomponer debido a la luz solar que penetra en el agua. Por lo que, al hacerlo, también llevaría a cabo emisiones de CO2 y de metano.
Afrontar el cambio climático
Estos hallazgos son relevantes en un contexto en el que resulta importante el predecir con precisión las emisiones de carbono de los sistemas naturales, dado que es vital para comprender el ritmo del cambio climático y los efectos de un mundo más cálido.
«El cambio climático aumentará la cobertura forestal y cambiará la composición de las especies. De ello resultará una mayor variedad de hojas y hojarasca que caerán en las vías fluviales. Hay un aumento resultante en la diversidad de moléculas orgánicas en el agua. Esto conduce a mayores concentraciones de gases de efecto invernadero», explica Tanentzap. También añade que «comprender estas conexiones significa poder buscar formas de reducir las emisiones de carbono en el futuro, por ejemplo, cambiando las prácticas de gestión de la tierra«.