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COP25: intensificando la acción climática

2 de Diciembre de 2019
COP25 y el acuerdo de París
La COP25 pretende favorecer la acción climática, implicando a todas las partes e involucrando al mundo científico y el sector privado. Os contamos la situación actual del cambio climático y qué objetivos se acordaron.

Del 2 al 13 de diciembre, las 196 partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se dan cita en Madrid. El objetivo es el de emprender esfuerzos ambiciosos en la lucha contra el cambio climático y adaptarse a sus efectos en la COP25. El objetivo: acordar cómo aplicar el Acuerdo de París para la mitigación, adaptación y financiación de las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2020. Para marcar las directrices a seguir, la COP25 reunirá a representantes de gobiernos, diplomacia, ONGs, empresas e investigadores científicos.

La evidencia científica obtenida a través del esfuerzo internacional de muchas mentes durante años se encontrará con la realidad de la política en la COP25. Pero, para trasladar la ciencia a la política debe lograrse hacer de lo urgente lo importante. La mayor parte de los investigadores están de acuerdo en que el cambio climático es un problema muy importante a resolver. Sin embargo, en cuanto a la clase política y la ciudadanía, a la hora de establecer prioridades políticas de acción es raro que este tema ocupe los primeros lugares.

Por ello, la COP25 será el escenario ideal para que los científicos no solo difundan su trabajo, sino también para que le tomen “el pulso” a la aceptación de la ciencia del cambio climático y colaboren en la toma de decisiones. Y es que el papel que jugarán la mayoría de científicos en esta cumbre es el de “observadores”. Asistirán y asesorarán cuando sea necesario en los debates, en las decisiones, en la elaboración de planes y estrategias, etc.

Qué dice la ciencia del cambio climático

Los datos son muy claros: las actividades humanas han causado un calentamiento global de aproximadamente 1,0 °C con respecto a los niveles preindustriales, según el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). Además, es probable que el calentamiento global llegue a 1,5 °C entre 2030 y 2052 si continúa aumentando al ritmo actual, advierten los expertos. Este es el promedio anual, pero en muchas regiones y estaciones del año se está experimentando un calentamiento superior. Por ejemplo, entre el doble y el triple en el Ártico.

Pero, ¿qué supone este aumento de la temperatura? Pérdida de ecosistemas, aumento del nivel del mar, contaminación del aire, olas de calor y frío, riesgos en la seguridad alimentaria… estas consecuencias dependerán de la magnitud y el ritmo del calentamiento, la ubicación geográfica y los niveles de desarrollo y vulnerabilidad. También influirán las opciones de adaptación y mitigación que se elijan y de su implementación, según los expertos. Por tanto, los riesgos relacionados con el clima para los sistemas naturales y humanos son mayores con un calentamiento global de 1,5 °C que los que existen actualmente, pero menores que con un calentamiento global de 2 °C. Ahí está la clave.

El papel de los océanos

En esta línea, los océanos juegan un papel esencial en la regulación del clima global, ya que absorben la mayoría del calor en exceso que se acumula en la atmósfera debido al calentamiento global, además de gran parte del exceso de CO2 atmosférico. Asimismo, alrededor de la mitad del oxígeno que respiramos se produce en los océanos gracias a la fotosíntesis realizada por el fitoplancton marino.

Los océanos son, por tanto, unos aliados esenciales en la lucha contra el cambio climático. Su importancia queda más que patente en la propia COP25, que ya ha sido bautizada por muchos como la “cumbre azul” por el papel central que va a tener el océano y su estado de “salud” en la misma.

Un esfuerzo climático mundial con el COP25

Según los datos científicos más recientes, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C, o incluso a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. ¿Cómo lograrlo? El histórico Acuerdo de París, alcanzado en la COP21 de 2015, proporciona el marco para que los países continúen impulsando la acción climática. Pero, antes de aplicarlo, las partes deben ponerse de acuerdo en cómo hacerlo.

Evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales, promover esfuerzos para que el calentamiento global no supere los 1,5ºC, lograr que las emisiones globales toquen techo lo antes posible (asumiendo que ello llevará más tiempo para los países en vías de desarrollo) y conseguir la neutralidad de las emisiones, es decir, un equilibrio entre las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de siglo; son las ambiciones del Acuerdo de París, que incluye, además, los elementos necesarios para alcanzarlas.

Como hacer operativo el Acuerdo de París

La última COP celebrada en Katowice, Polonia, en diciembre de 2018, se centró en llegar a un acuerdo sobre cómo hacer operativo el Acuerdo de París. A pesar de las largas y complicadas negociaciones, los países adoptaron, finalmente, un conjunto de directrices (el Paquete de Katowice para el clima) para aplicarlo. Pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre las reglas para el artículo 6.

Ahora, las Partes reunidas en la COP25 buscarán avanzar hacia la implementación de los acuerdos. Abordarán las disposiciones en el artículo 6 del Acuerdo de París. Esto permitiría a los países alcanzar, en parte, los objetivos de mitigación nacional mediante mecanismos de mercado como los mercados del carbono; los registros públicos para las Contribuciones determinadas a nivel nacional; y la comunicación de los esfuerzos de adaptación en virtud del Acuerdo de París.

ACERCA DEL AUTOR

Llúcia Ribot y Pablo Rodríguez
Llúcia Ribot es periodista científica especializada en ciencias ambientales, también ha cubierto noticias sobre política local, avances en biomedicina y ciencias sociales. Actualmente, es responsable de contenidos de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF. Licenciada en Ciencias de la Información y Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental.      Pablo Rodríguez Ros es investigador predoctoral Fulbright en la Scripps Institution of Oceanography (University of California San Diego). Estudiante de doctorado en Ciencias del Mar en el Institut de Ciències del Mar de Barcelona (ICM-CSIC). Licenciado en Ciencias Ambientales, Máster en Cambio Global y Máster en Comunicación Social de la Investigación Científica. Ha realizado estancias de investigación en Suiza, Reino Unido, Canadá y EEUU, y ha participado en 5 campañas oceanográficas; dos de ellas en el océano Antártico.