Microplásticos en la tierra, en el agua dulce y en el mar
Desde su invención a principios del siglo XX, el plástico ha ido ganando terreno en todo el mundo como el material termoestable más económico. Sin embargo, su alta durabilidad es la génesis de su baja reciclabilidad, por lo que estamos rodeados de plástico, aunque no lo sepamos. De hecho, los microplásticos se encuentran en el agua que bebemos, en los alimentos que ingerimos, incluso hasta en la ropa que llevamos. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
Dónde se encuentran los microplásticos en la tierra
Investigadores en Alemania advierten que el impacto de los microplásticos en los suelos, los sedimentos y el agua dulce podría tener un efecto negativo a largo plazo en los ecosistemas. Los científicos estiman que la contaminación terrestre por microplásticos es entre 4 y 23 veces mayor que la océanica, dependiendo del sitio de comparación.
El estudio estima que un tercio de todos los residuos plásticos termina en suelos o agua dulce. La mayor parte de este plástico se desintegra en partículas de menos de cinco milímetros, conocidas como microplásticos. Y éstas se descomponen aún más hasta llegar a ser nanopartículas (menos de 0.1 micrómetros de tamaño). El problema es que estas piezas microscópicas están entrando en la cadena alimenticia.
Las aguas residuales son un factor importante en la distribución de microplásticos. De hecho, entre el 80 y el 90 por ciento de las partículas de plástico contenidas en las aguas residuales, como las fibras de prendas de vestir, persisten en los lodos de las aguas residuales, según el estudio. Este material a menudo se aplica como fertilizante, lo que significa que varios miles de toneladas de microplásticos terminan en nuestros cultivos cada año.
Plástico en el agua del grifo
Aunque parezca difícil creerlo, los microplásticos se encuentran en el agua del grifo. Un reciente estudio realizado por Orb Media, una organización sin fines de lucro en Washington DC, analizó 159 muestras de agua del grifo. Para garantizar la solidez de los resultados, estas muestras se tomaron en distintos países de cinco continentes. De todas las muestras recabas, el 83% contenía microplásticos.
No se sabe con certeza cómo llegaron estas fibras contaminantes al agua de grifo, pero un lugar de procedencia evidente es la atmósfera, que contiene fibras que se desprenden por el uso de la ropa sintética y de las alfombras.
También ingresan al sistema de cloacas a partir de los lavados de ropa. Según un estudio reciente, cada ciclo de lavado en una lavadora puede liberar al medioambiente 700.000 fibras. Y a partir de la fragmentación de trozos de plástico más grandes, que en su mayoría no son biodegradables.
Tampoco se sabe qué implicaciones puede tener esto para la salud humana. Pero expertos temen que estas fibras sean capaces de transferir toxinas. Como una suerte de puente entre sustancias químicas peligrosas del agua y el cuerpo humano.
¿Pero cómo llegan hasta nuestros grifos? Los microplásticos se encuentran allá donde el hombre pone la mano. Una de las fuentes principales es nuestra ropa. Las fibras minúsculas de acrílico, nylon, spandex y poliéster se desprenden cada vez que lavamos nuestra ropa. Son llevadas a las plantas de tratamiento de aguas residuales o directamente en el medio ambiente.
Dónde se encuentran los microplásticos en el agua del mar
La presencia de microfibras sintéticas, semisintéticas y de otro tipo en el mar puede ser hasta mil veces mayor que la prevista por los modelos utilizados hasta ahora para estudiar el gigantesco problema de contaminación que provocan los plásticos en todos los océanos.
La ONG Adventure Scientist, el Colegio del Atlántico de Maine (EEUU) y la Universidad de Virginia (EEUU) publicaron en la revista «Environmental Pollution» el resultado de un estudio sobre la presencia de microfibras en 1.628 muestras de agua tomadas en todos los océanos entre 2013 y 2017. Lo hicieron con un enfoque diferente al que habitualmente se emplea para calcular la presencia de plásticos.
Los firmantes de este trabajo resaltan que las estimaciones más extendidas se basan en proyecciones hechas a partir del volumen de plásticos recogido en distintos puntos de los océanos con redes de arrastre, un método al que, a su juicio, se le escapa una parte muy relevante del problema: las microfibras de tamaño más pequeño que las redes no consiguen retener, pero que están en el agua.
Este artículo mide, en cambio, la cantidad de microfibras presentes en diferentes muestras de agua recogidas en la superficie de los océanos, tanto mar adentro como en la costa, en contenedores de un litro de capacidad, gracias a múltiples colaboradores.
¿Cuánto plástico hay en nuestros océanos?
Los estudios más recientes cifran entre 5,95 y 15,11 millones de toneladas la cantidad de plástico que llega cada año a los océanos directamente o a través de los ríos. Un enorme volumen de basura que luego las corrientes mueven prácticamente por todo el globo.
De hecho, se calcula que en estos momentos hay hasta 236.000 toneladas de partículas de plástico flotando en la superficie de los distintos mares del mundo. Una cifra que los autores de este artículo advierten de que puede ser muy inferior a la real, porque se basa en el volumen de partículas recogidas con redes de arrastre, generalmente con tamaños a partir de 5 milímetros de longitud.
Sin embargo, sus muestras revelan que cada litro de agua de la superficie de los océanos tiene un promedio de 11,8 micropartículas (de 0,1 a 1,5 milímetros) de fibras plásticas, semisintéticas o no sintéticas. Cantidad que supera «en tres órdenes de magnitud» (es decir, multiplica por 1.000) la prevista por los modelos que basan sus proyecciones en el plástico retenido en redes.
Las cantidades de microfibras por litro de agua son aún mayores en el Ártico (31,3), las aguas que circundan la Antártida (15,4) y el Atlántico (13,4). Por el contrario, el Pacífico (7,0) y el Índico (4,2) presentan valores por debajo de la media.
Aquae apoya la investigación de los microplásticos
Desde 2019, Aquae impulsa un programa de becas de Doctorados Industriales con el objetivo de apoyar la formación e investigación de los graduados en el ámbito del desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.
Gracias al apoyo de la Universidad de Alicante, Aquae apoya la investigación de estas micropartículas tan peligrosas para los ecosistemas. El objetivo de este Doctorado en Microplásticos es evaluar los tratamiento que permiten la eliminación de estas partículas en el agua y estudiar los efectos sobre la salud y el medio ambiente.