Microrrelatos Científicos 2020 - Fundación Aquae

QUARTZ

Quartz, el pescado… - ¡Está soso abuelo…! -
Interrumpiendo un profundo suspiro, el anciano invocó la leyenda de los mares insípidos. El cambio climático impidió que se formaran nubes, los ríos se secaron y una imperiosa necesidad de agua dulce colonizó la costa con sus gigantescas desaladoras ganándole el terreno a los resorts. Entonces, los peces mutaron y se volvieron insípidos. La salmuera superó el precio del oro y la codicia humana hizo el resto…
Con una leve resignación, el abuelo sacó de su bolsillo un minúsculo tarrito de tapa agujereada, espolvoreó su contenido sobre el pescado… y Quartz sonrió.

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QUARTZ

Quartz, el pescado… - ¡Está soso abuelo…! -
Interrumpiendo un profundo suspiro, el anciano invocó la leyenda de los mares insípidos. El cambio climático impidió que se formaran nubes, los ríos se secaron y una imperiosa necesidad de agua dulce colonizó la costa con sus gigantescas desaladoras ganándole el terreno a los resorts. Entonces, los peces mutaron y se volvieron insípidos. La salmuera superó el precio del oro y la codicia humana hizo el resto…
Con una leve resignación, el abuelo sacó de su bolsillo un minúsculo tarrito de tapa agujereada, espolvoreó su contenido sobre el pescado… y Quartz sonrió.

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Quartz, el pescado… - ¡Está soso abuelo…! -
Interrumpiendo un profundo suspiro, el anciano invocó la leyenda de los mares insípidos. El cambio climático impidió que se formaran nubes, los ríos se secaron y una imperiosa necesidad de agua dulce colonizó la costa con sus gigantescas desaladoras ganándole el terreno a los resorts. Entonces, los peces mutaron y se volvieron insípidos. La salmuera superó el precio del oro y la codicia humana hizo el resto…
Con una leve resignación, el abuelo sacó de su bolsillo un minúsculo tarrito de tapa agujereada, espolvoreó su contenido sobre el pescado… y Quartz sonrió.

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La nueva era

-Cuéntame de nuevo la historia de cómo fue salvada la tierra papi.
-¡Claro! Es una historia increíble. Todo comenzó cuando se desarrolló el programa de inteligencia artificial H.O.P.E (Human omniscient program for environment preservation), a partir de ahí los problemas más graves del mundo comenzaron a erradicarse con su ayuda.
-¿Y cómo se revirtió el cambio climático?
-Muy fácil, el programa H.O.P.E determinó que la única alternativa era que el ser humano debían ser eliminados.
-¿Y qué pasó después?
-Ya duerme hijo, reinicia tu software o soñarás con los humanos extintos.

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La nueva era

-Cuéntame de nuevo la historia de cómo fue salvada la tierra papi.
-¡Claro! Es una historia increíble. Todo comenzó cuando se desarrolló el programa de inteligencia artificial H.O.P.E (Human omniscient program for environment preservation), a partir de ahí los problemas más graves del mundo comenzaron a erradicarse con su ayuda.
-¿Y cómo se revirtió el cambio climático?
-Muy fácil, el programa H.O.P.E determinó que la única alternativa era que el ser humano debían ser eliminados.
-¿Y qué pasó después?
-Ya duerme hijo, reinicia tu software o soñarás con los humanos extintos.

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-Cuéntame de nuevo la historia de cómo fue salvada la tierra papi.
-¡Claro! Es una historia increíble. Todo comenzó cuando se desarrolló el programa de inteligencia artificial H.O.P.E (Human omniscient program for environment preservation), a partir de ahí los problemas más graves del mundo comenzaron a erradicarse con su ayuda.
-¿Y cómo se revirtió el cambio climático?
-Muy fácil, el programa H.O.P.E determinó que la única alternativa era que el ser humano debían ser eliminados.
-¿Y qué pasó después?
-Ya duerme hijo, reinicia tu software o soñarás con los humanos extintos.

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El realismo de nosotros

He llegado tarde a la clase de física. Por suerte note que el profesor se había retrasado también. Razón que desencadeno el bochinche entre mis compañeros del salón. Sin embargo me dispuse a leer el debate de realismo local entre Bohr y Einstein para entender como influencia una partícula a otra. Al cabo de unos minutos observé mi alrededor y el alboroto juvenil seguía allí, excepto por una chica, Vanesa, ella escribía apaciblemente en su libreta. Las horas pasaron y la clase se canceló. Al regresar a casa ese día pensé: ¿Cómo Vanesa no influenció a nadie más?

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El realismo de nosotros

He llegado tarde a la clase de física. Por suerte note que el profesor se había retrasado también. Razón que desencadeno el bochinche entre mis compañeros del salón. Sin embargo me dispuse a leer el debate de realismo local entre Bohr y Einstein para entender como influencia una partícula a otra. Al cabo de unos minutos observé mi alrededor y el alboroto juvenil seguía allí, excepto por una chica, Vanesa, ella escribía apaciblemente en su libreta. Las horas pasaron y la clase se canceló. Al regresar a casa ese día pensé: ¿Cómo Vanesa no influenció a nadie más?

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El realismo de nosotros

He llegado tarde a la clase de física. Por suerte note que el profesor se había retrasado también. Razón que desencadeno el bochinche entre mis compañeros del salón. Sin embargo me dispuse a leer el debate de realismo local entre Bohr y Einstein para entender como influencia una partícula a otra. Al cabo de unos minutos observé mi alrededor y el alboroto juvenil seguía allí, excepto por una chica, Vanesa, ella escribía apaciblemente en su libreta. Las horas pasaron y la clase se canceló. Al regresar a casa ese día pensé: ¿Cómo Vanesa no influenció a nadie más?

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Donante Anónimo

Esmeralda Miranda Primitivo

Antonio quería ser padre, pasaban los años, y nada... él creía que no había solución. La ciencia junto con su sueño, habían avanzado. Un comercial de televisión sería la llave que abriría nuevamente sus esperanzas; tomó nota de aquella clínica y se dirigió apresurado. No podía creer lo que le decían, le había devuelto el sueño, ¡podía ser padre! Aunque el método no le agradaba del todo, no importaba, porque había una solución: aquel donante anónimo embarazaría a su mujer, Antonio sería padre y, al fin, tendría la familia que él y su mujer tanto habían anhelado.

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Donante Anónimo

Esmeralda Miranda Primitivo

Antonio quería ser padre, pasaban los años, y nada... él creía que no había solución. La ciencia junto con su sueño, habían avanzado. Un comercial de televisión sería la llave que abriría nuevamente sus esperanzas; tomó nota de aquella clínica y se dirigió apresurado. No podía creer lo que le decían, le había devuelto el sueño, ¡podía ser padre! Aunque el método no le agradaba del todo, no importaba, porque había una solución: aquel donante anónimo embarazaría a su mujer, Antonio sería padre y, al fin, tendría la familia que él y su mujer tanto habían anhelado.

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Donante Anónimo

Antonio quería ser padre, pasaban los años, y nada... él creía que no había solución. La ciencia junto con su sueño, habían avanzado. Un comercial de televisión sería la llave que abriría nuevamente sus esperanzas; tomó nota de aquella clínica y se dirigió apresurado. No podía creer lo que le decían, le había devuelto el sueño, ¡podía ser padre! Aunque el método no le agradaba del todo, no importaba, porque había una solución: aquel donante anónimo embarazaría a su mujer, Antonio sería padre y, al fin, tendría la familia que él y su mujer tanto habían anhelado.

Esmeralda Miranda Primitivo

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Canto a la naturaleza

Valses en honor de los dioses compuestos por las imponentes montañas.
Sin duda alguna, erguido y seguro de mí mismo,trazaba pentagrama de virtudes acogido en mi cuaderno de bitácora.
Era un virtuoso de la prosa, no tanto con el verso.
Así, embriagado con un soplo de vasta inspiración, recogía la divina retórica producida por el gorjeo de los ocultos cantarines, ocupando siempre la primera fila.
Serenas pupilas, vírgenes ante tan incomparable marco, desprendían onda de felicidad, atentas al paso del arroyo, con algún que otro espasmo incontrolado: síntomas de la emoción contenida.

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Canto a la naturaleza

Valses en honor de los dioses compuestos por las imponentes montañas.
Sin duda alguna, erguido y seguro de mí mismo,trazaba pentagrama de virtudes acogido en mi cuaderno de bitácora.
Era un virtuoso de la prosa, no tanto con el verso.
Así, embriagado con un soplo de vasta inspiración, recogía la divina retórica producida por el gorjeo de los ocultos cantarines, ocupando siempre la primera fila.
Serenas pupilas, vírgenes ante tan incomparable marco, desprendían onda de felicidad, atentas al paso del arroyo, con algún que otro espasmo incontrolado: síntomas de la emoción contenida.

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Canto a la naturaleza

Valses en honor de los dioses compuestos por las imponentes montañas.
Sin duda alguna, erguido y seguro de mí mismo,trazaba pentagrama de virtudes acogido en mi cuaderno de bitácora.
Era un virtuoso de la prosa, no tanto con el verso.
Así, embriagado con un soplo de vasta inspiración, recogía la divina retórica producida por el gorjeo de los ocultos cantarines, ocupando siempre la primera fila.
Serenas pupilas, vírgenes ante tan incomparable marco, desprendían onda de felicidad, atentas al paso del arroyo, con algún que otro espasmo incontrolado: síntomas de la emoción contenida.

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¡Oh progreso!

Un impulso perenne de voluntades elevadas, inmortal guía de la humanidad y sierva de la eternidad. Tu lema inefable colgando del cuello con letras de oro: Eritis sicut Deus. Avanzando, tus huellas sobre la tierra germinan civilizaciones empíreas, maquinas e invenciones, a veces monstruosas, otras divinas. Agotas insatisfecha las almas de tus seguidores ¡tus Sísifos! sus genios fundiéndose en tu cuerpo. El tiempo pasa, los rostros se cansan, sus cuerpos se desgastan. Se sacrifican jubilosos mientras en sus pechos se inflama poderoso el desideratum de Lord Verulam. Sus ojos elevándose anhelantes al cielo, expirando en sueños sus palabras: ¡Oh progreso!

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¡Oh progreso!

Un impulso perenne de voluntades elevadas, inmortal guía de la humanidad y sierva de la eternidad. Tu lema inefable colgando del cuello con letras de oro: Eritis sicut Deus. Avanzando, tus huellas sobre la tierra germinan civilizaciones empíreas, maquinas e invenciones, a veces monstruosas, otras divinas. Agotas insatisfecha las almas de tus seguidores ¡tus Sísifos! sus genios fundiéndose en tu cuerpo. El tiempo pasa, los rostros se cansan, sus cuerpos se desgastan. Se sacrifican jubilosos mientras en sus pechos se inflama poderoso el desideratum de Lord Verulam. Sus ojos elevándose anhelantes al cielo, expirando en sueños sus palabras: ¡Oh progreso!

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Un impulso perenne de voluntades elevadas, inmortal guía de la humanidad y sierva de la eternidad. Tu lema inefable colgando del cuello con letras de oro: Eritis sicut Deus. Avanzando, tus huellas sobre la tierra germinan civilizaciones empíreas, maquinas e invenciones, a veces monstruosas, otras divinas. Agotas insatisfecha las almas de tus seguidores ¡tus Sísifos! sus genios fundiéndose en tu cuerpo. El tiempo pasa, los rostros se cansan, sus cuerpos se desgastan. Se sacrifican jubilosos mientras en sus pechos se inflama poderoso el desideratum de Lord Verulam. Sus ojos elevándose anhelantes al cielo, expirando en sueños sus palabras: ¡Oh progreso!

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La cama de posidonia

Estoy tumbada en una cama de posidonia. Recuerdo un día que mi madre, bióloga marina, me dijo:
- Cómo te quedes dormida en la posidonia, ¡despertarás dentro de cien mil años!
Yo le pregunté: :
- ¿Por qué?
Y ella contestó:
- Porque son cuantos lleva el fondo del mar cubierto por sus praderas, y las orillas arropadas por sus hojas secas.
Yo nunca le hacía caso, y me limitaba a soñar, con los pies sumergidos en el agua cristalina. Hoy, aquí sola, cierro los ojos, esta vez con el anhelo de dormir cien mil años a su lado.

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La cama de posidonia

Estoy tumbada en una cama de posidonia. Recuerdo un día que mi madre, bióloga marina, me dijo:
- Cómo te quedes dormida en la posidonia, ¡despertarás dentro de cien mil años!
Yo le pregunté: :
- ¿Por qué?
Y ella contestó:
- Porque son cuantos lleva el fondo del mar cubierto por sus praderas, y las orillas arropadas por sus hojas secas.
Yo nunca le hacía caso, y me limitaba a soñar, con los pies sumergidos en el agua cristalina. Hoy, aquí sola, cierro los ojos, esta vez con el anhelo de dormir cien mil años a su lado.

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La cama de posidonia

Estoy tumbada en una cama de posidonia. Recuerdo un día que mi madre, bióloga marina, me dijo:
- Cómo te quedes dormida en la posidonia, ¡despertarás dentro de cien mil años!
Yo le pregunté: :
- ¿Por qué?
Y ella contestó:
- Porque son cuantos lleva el fondo del mar cubierto por sus praderas, y las orillas arropadas por sus hojas secas.
Yo nunca le hacía caso, y me limitaba a soñar, con los pies sumergidos en el agua cristalina. Hoy, aquí sola, cierro los ojos, esta vez con el anhelo de dormir cien mil años a su lado.

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Los hijos del Sol

Las culturas y civilizaciones primigenias siempre lo adoraron, trajo luz y posibilitó la vida desde el comienzo. Algunos animales mostraron luminiscencia como un recurso para adaptarse al medio y subsistir. Las plantas, sabías herederas de este legado se alimentaron de él y nos mostraron el camino para aprovecharlo. Pasaron millones de años para que el conocimiento se fraguara hasta comprender el fenómeno fotovoltaico. Fue así como nació una poderosa energía limpia e inmutable con el tiempo, procedente de nuestro propio reactor de fusión cósmico. Hoy en día aceptamos este legado, somos más que fósiles, somos los hijos del sol.

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Los hijos del Sol

Las culturas y civilizaciones primigenias siempre lo adoraron, trajo luz y posibilitó la vida desde el comienzo. Algunos animales mostraron luminiscencia como un recurso para adaptarse al medio y subsistir. Las plantas, sabías herederas de este legado se alimentaron de él y nos mostraron el camino para aprovecharlo. Pasaron millones de años para que el conocimiento se fraguara hasta comprender el fenómeno fotovoltaico. Fue así como nació una poderosa energía limpia e inmutable con el tiempo, procedente de nuestro propio reactor de fusión cósmico. Hoy en día aceptamos este legado, somos más que fósiles, somos los hijos del sol.

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Los hijos del Sol

Las culturas y civilizaciones primigenias siempre lo adoraron, trajo luz y posibilitó la vida desde el comienzo. Algunos animales mostraron luminiscencia como un recurso para adaptarse al medio y subsistir. Las plantas, sabías herederas de este legado se alimentaron de él y nos mostraron el camino para aprovecharlo. Pasaron millones de años para que el conocimiento se fraguara hasta comprender el fenómeno fotovoltaico. Fue así como nació una poderosa energía limpia e inmutable con el tiempo, procedente de nuestro propio reactor de fusión cósmico. Hoy en día aceptamos este legado, somos más que fósiles, somos los hijos del sol.

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Empatía

Por la mañana, visita guiada a la cuna de la innovación, con ideas pioneras en el campo de la robótica.
De pie, fascinado, Elías escuchaba las palabras de Tyler, un robot programado para hacer el bien.
Pero, ¿tendría conciencia la máquina?
Por otro lado, su rictus serio llamaba poderosamente su atención.
Sin libertad, aquel cachivache o títere tecnológico dejaba ver una sumisión fuera de toda duda, hecho que provocaba en el visitante un sentimiento de enorme tristeza.

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Empatía

Por la mañana, visita guiada a la cuna de la innovación, con ideas pioneras en el campo de la robótica.
De pie, fascinado, Elías escuchaba las palabras de Tyler, un robot programado para hacer el bien.
Pero, ¿tendría conciencia la máquina?
Por otro lado, su rictus serio llamaba poderosamente su atención.
Sin libertad, aquel cachivache o títere tecnológico dejaba ver una sumisión fuera de toda duda, hecho que provocaba en el visitante un sentimiento de enorme tristeza.

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Por la mañana, visita guiada a la cuna de la innovación, con ideas pioneras en el campo de la robótica.
De pie, fascinado, Elías escuchaba las palabras de Tyler, un robot programado para hacer el bien.
Pero, ¿tendría conciencia la máquina?
Por otro lado, su rictus serio llamaba poderosamente su atención.
Sin libertad, aquel cachivache o títere tecnológico dejaba ver una sumisión fuera de toda duda, hecho que provocaba en el visitante un sentimiento de enorme tristeza.

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