¿Cuánto sabes sobre la depuración del agua?

La depuración es el proceso que permite preparar el agua que llega a las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) tras ser usada por los seres humanos y devolverla al medio natural. También, se puede hacer un nuevo uso de ella. Con nuestra actividad, cambiamos el estado natural del agua y la contaminamos, por lo que si no la tratamos antes de devolverla el medio natural, podemos generar graves daños ambientales en nuestros ríos y mares. Eso sí, no debemos confundir la depuración con la potabilización. Este segundo proceso, se refiere al conjunto de técnicas que permiten que el agua extraída del medio natural se convierta en un recurso apto para el consumo humano. Dicho de otra manera, la potabilización empezaría el ciclo integral del agua que iría a terminar con la depuración.

Las aguas residuales tratadas pueden ser reutilizadas en infinidad de actividades que realizamos diariamente los seres humanos. La gran ventaja que esto ofrece es que reducimos enormemente la cantidad de agua no tratada en procesos no destinados al consumo por parte de los seres humanos. Además de la obtención de energía, que veremos más adelante, las aguas residuales tratadas se reutilizan para el riego de parques y jardines, para la recarga de acuíferos, usos industriales (como la alimentación de calderas o la refrigeración de maquinarias), o la limpieza de calles. Por este motivo, las estaciones depuradoras de aguas residuales son fundamentales para poder proporcionarle una segunda oportunidad al agua que ya hemos usado.

Dentro de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) se generan una gran cantidad de lodos y residuos tras separarlos del agua. Gracias al proceso de digestión anaerobia, es posible convertir estos desechos en valiosa energía eléctrica o térmica. Este proceso está basado en la descomposición de la materia biodegradable presente en los lodos a través de microorganismos que trabajan en ausencia de oxígeno. Utilizando unos grandes contenedores donde se almacenan estos residuos, esta degradación genera biogás, cuya composición incluye principalmente metano y dióxido de carbono. Este biogás es generalmente utilizado como biocombustible para generar energía eléctrica y térmica con que se puede alimentar a la propia estación depuradora. Para lograrlo, se emplea una caldera y un motor de cogeneración.

Según un informe publicado en 2021, el 50% de las aguas residuales se vierten sin depurar a ríos y mares. Eso quiere decir que las aguas son devueltas a los ecosistemas con todo tipo de residuos, elementos contaminantes y nocivos. La gran mayoría de ellos, derivados del uso que hacemos los seres humanos de este bien tan fundamental. Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se establece que para el horizonte de 2030 se logre mejorar la calidad del agua, reduciendo a la mitad la cantidad de aguas residuales que se vierten al medio natural sin tratar (depurar) y aumentando considerablemente la reutilización de estos recursos. Para ello, es fundamental que se invierta en investigación e infraestructura, con el fin de descubrir nuevos procesos para aprovechar los diferentes elementos presentes en las aguas residuales. No obstante, se ha reducido en un 30% desde el último informe publicado en 2017.

Por volumen, China, Estados Unidos y México son los tres países que mayor cantidad de agua reutilizada emplean. Sin embargo, si lo analizamos desde el punto de vista de reutilización de agua por habitante, el top tres lo conformarían Kuwait, Israel y Singapur. Entre los usos más frecuentes, destacan la recarga de acuíferos, los usos industriales, urbanísticos o agrícolas. España, por su parte, se encuentra en el número 9 del ranking, con un 11% de agua reutilizada.

La depuración del agua es un proceso complejo en que se ponen en funcionamiento una amplia variedad de procesos. Estos permiten ir eliminando los residuos contaminantes presentes en las aguas durante las diferentes fases del proceso, antes de que el producto final sea liberado a los ecosistemas. Entre ellos, utilizamos procesos como el uso de la fuerza gravitatoria o la fuerza gravitatoria para favorecer la sedimentación de los lodos. Procesos químicos como la desinfección, cuyo objetivo es eliminar todos los elementos contaminantes presentes en el agua. Por último, como proceso biológico, hablaríamos del uso de ciertas bacterias o microorganismos que permiten limpiar las aguas de diferentes tipos de actividad biológica.

Si bien es cierto que todos ellos suponen un peligro muy grave para el medio ambiente y para el correcto funcionamiento de las estaciones depuradoras de aguas residuales, las toallitas húmedas se han convertido en su enemigo número uno. Cada día, estas instalaciones se enfrentan contra toneladas de estos toallitas húmedas que se tiran en los hogares. Como consecuencia se generan con mucha frecuencia tapones y atascos en los colectores de las depuradoras, que entorpecen su funcionamiento y, además, lo encarecen. Por ese motivo, recuerda que el inodoro no es una papelera y estos residuos deben ir a la papelera o en los puntos de reciclado específico, como en el caso del aceite.