Las bacterias son organismos que se encuentran en grandes partes de la tierra y resultan vitales para los ecosistemas. Nuestro cuerpo está repleto de bacterias y la mayoría de estas no nos producen ningún daño. Al contrario, algunas como la microbiota nos permite, literalmente, vivir. Pero, es cierto que “hay un pequeño porcentaje que son patógenas y son las responsables de su mala fama” declara Darío García.
El ser humano utiliza estos microorganismos en diferentes ámbitos de la vida cotidiana como son: la producción de alimentos fermentados como el pan, el vino o el queso, hasta cosas más modernas como la obtención de insulina, los antibióticos o la biorremediación
¿Qué es la biorremediación del agua?
La biorremediación es un proceso por el que se utiliza organismos vivos para absorber, degradar o transformar los contaminantes con el objetivo de eliminarlos o atenuar su efecto en el suelo, el agua o el aire.
Cuando ocurre un accidente que desemboca en un vertido de petróleo en el mar, se activan las alarmas y se trata de buscar minimizar cuánto antes su impacto en e planeta. La solución más común para este tipo de situaciones suele ser la quema de petróleo que, a su vez, genera gases tóxicos.
¿Y si hubiera una bacteria que fuera capaz de comerse el petróleo y así eliminarlo del agua? Como afirma el biotecnólogo, «estas bacterias existen y son las responsables de la biorremediación».
Hace más de 30 años tuvo lugar en las costas de Alaska una de las grandes catástrofes del mundo: se derramaron 37.000 toneladas de petróleo en sus aguas. Tras probar diferentes alternativas se procedió a la utilización de la biorremediación del agua.
“Gracias a la biorremediación del agua lograron en las costas de Alaska ayudar a que las poblaciones bacterianas crecieran más que el resto para así eliminar más rápidamente el vertido” asegura el biotecnólogo.
Sin embargo, son muchos quienes se preguntan: ¿Por qué alimentar esas bacterias para que se multipliquen cuando podemos directamente echar nosotros más de esas bacterias? Darío García afirma que, precisamente, “encontrar una bacteria capaz de metabolizar rápidamente varios tipos de hidrocarburos y que a su vez no fuera dañina para el ecosistema” es el objetivo que se ha perseguido durante años para la biorremediación del agua.
Sin embargo, investigadores y científicos se han encontrado diversos problemas en las búsquedas de estas bacterias. Por ejemplo, una de las complicaciones que se han encontrado es que habían bacterias que, si podía materializar y degradar cierto tipo de hidrocarburos, pero otros no. O también se encontraron bacterias que si podían degradarlo todo, pero en un proceso demasiado lento por el que se perdía eficacia.
La ingeniería genética tiene la solución
Ante esta situación, se plantea como solución la necesidad de crear una bacteria que sea capaz de eliminar cualquier tipo de hidrocarburo, que no tenga un impacto nocivo sobre el medio ambiente, que carezca de necesidades metabólicas especificas y que pudiera crecer prácticamente en cualquier medio.
Esta necesidad de crear una super-bacteria que lleve a cabo un proceso efectivo de biorremediación del agua, abría un mundo de oportunidades en el que la ingeniería genética y el ADN recombinante resultan clave para cumplir este reto. Numerosos grupos de investigación trabajar para encontrar una solución que ayude a modificar diferentes tipos de bacterias con el fin de aumentar sus capacidades que permitan la biorremediación.
“Ahora sabemos que el aspecto termodinámico de las reacciones es muy importante o que las propiedades cinéticas de las enzimas juegan un papel crucial” afirma García. Y añade: “Actualmente seguimos en el proceso de intentar entender cómo encajar estas piezas de este puzzle con el objetivo de tener un resultado lo suficientemente óptimo”.
En los últimos años se han realizado grandes avances que han ayudado a mejorar la degradación de plásticos, de metales pesados o de hidrocarburos. Darío García confía plenamente en que es cuestión de tiempo encontrar la pieza clave para que estas super-bacterias puedan ejercer y aportar sus beneficios a la sociedad.