Eventos climáticos extremos, una amenaza para la salud

Incendios en Australia, lluvias monzónicas en Indonesia, tifones y olas de calor a lo largo y ancho del mundo… Son ejemplos de eventos climáticos extremos. El doctor y divulgador científico Amyad Raduan nos cuenta en este vídeo la relación entre cambio climático y salud. Los efectos de la crisis climática ha pasado de ser algo que nos afectará, a algo que ya nos está afectando.

La comunidad científica ha publicado cientos de estudios analizando los eventos climáticos extremos en todo el mundo. Desde incendios forestales en Alaska y huracanes en el Caribe hasta inundaciones en Francia y olas de calor en China. Con sus estudios, la ciencia aporta una evidencia cada vez mayor de que la actividad humana está causando cambios climáticos extremos. Especialmente los relacionados con el calor y la lluvia.

Efectos de una crisis climática sin precedentes

Los efectos de la crisis climática sobre el agua, la pérdida de biodiversidad, la escasez de alimentos y los desastres naturales se suman a las consecuencias que el cambio climático genera sobre nuestra salud, ya que las enfermedades respiratorias, los golpes de calor y las enfermedades infecciosas (como la malaria, el dengue, el zika y el hangavirus), entre otras, suponen una amenaza cada vez mayor debido al incremento de la temperatura global.

Una de las cosas que hemos aprendido con la pandemia mundial de la Covid-19 es que debemos cambiar. Hemos de dejar de pensar tanto como individuos y más en comunidad. Nuestras acciones afectan al resto, y el cambio climático es algo que nos afecta a todos.

Eventos climáticos cada vez más extremos

La crisis climática ha dejado de ser algo que nos afectaría en el futuro para ser un problema real del presente. Raduan explica que los efectos del cambio climático ya los tenemos en el aumento de la temperatura de la Tierra hasta niveles realmente peligrosos.

Existen ya ejemplos de catástrofes naturales vinculadas a este problema medioambiental. Es el caso, por ejemplo, de los megaincendios de Australia. Se trata de un evento climático extremo que tuvo devastadores efectos sobre el país. Entre ellas, el desplazamiento de decenas de miles de personas, la muerte de 1.25 mil millones de animales y la destrucción de paisajes vírgenes.

Mientras ocurría esto en Australia, en Indonesia sucedían tres de las peores lluvias monzónicas de las últimas décadas causando el deslizamiento de tierra e inundaciones por todo el país. Este caso de Australia, como bien asegura Raduan, no es un caso aislado y este tipo de eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes y devastadores.

En 2019, los tifones y olas de calor mataron e hirieron a miles de personas en África, Japón,India, China, Europa y EEUU. Estos eventos climáticos extremos no ocurren de forma aislada. Por el contrario, forman parte de los efectos de la crisis climática que nos acontece.

La salud, otra gran perjudicada

Las enfermedades respiratorias, los golpes de calor y las enfermedades infecciosas como la malaria, el dengue, el zika o el hantavirus son amenazas que surgen debido al calentamiento global y la contaminación del planeta.

Como explica el doctor Amyad Raduan, de continuar así, en 2080 podríamos enfrentarnos a 320 millones de casos adicionales de malaria, y 6.000 millones de personas estarán en riesgo de contraer fiebre del dengue, frente a los 3.500 millones en la actualidad.

“Puede que nadie salga indemne del cambio climático, pero no afectará a todos equitativamente” explica Raduan. Las personas con discapacidad, con pocos recursos o aquellos con condiciones de salud preexistentes son los menos capaces a adaptarse a las nuevas condiciones del clima.

Cambiar las formas de consumo y apostar por la sostenibilidad y el cuidado del planeta. Esta es parte de la solución, en la que todos debemos estar involucrados.