La historia del agua en España
La historia del agua en España demuestra que todas las civilizaciones entendían la importancia que tenía el agua para la supervivencia de la especie. Es por ello que todas las tribus ubicaron sus asentamientos cercanos a zonas geográficas con abundancia de agua. Los ríos aportaban agua para el riego, para el consumo y como vía de comunicación. La cultura romana desarrolló hasta extremos casi insuperados hoy la relación del hombre con el agua. Crearon una técnica que actualmente empleamos en nuestras ciudades de España.
Historia del agua en España: la cultura romana
La vida cotidiana giraba en torno al agua y su sabia utilización. Sorprende descubrir todo lo que inventaron y llevaron a la práctica, hace miles de años y que actualmente seguimos utilizando. Ya los romanos inventaron; las tintorerías, piscinas, piscifactorías (dulces y saladas), tuberías, grifos monomando, molinos de agua, fuentes decorativas y cascadas, fontaneros, recogida de agua pluvial, cisternas, pago por el suministro público de agua, agua a presión para diferentes usos, cloacas y alcantarillado.
Ya sean financiados por el estado o construidos de forma privada, los acueductos estaban protegidos y regulados por ley. Cualquier acueducto propuesto debía someterse al escrutinio de las autoridades civiles. El permiso (del Senado o de las autoridades locales) se concedió solo si la propuesta respetaba los derechos de agua de otros ciudadanos; en general, las comunidades romanas se encargaron de distribuir los recursos hídricos compartidos según las necesidades.
El terreno en el que se construyó un acueducto financiado por el estado podría ser un terreno estatal (ager publicus) o de propiedad privada. En cualquier caso estaba sujeto a restricciones de uso y usurpación que podrían dañar la estructura del acueducto, y derechos de acceso para oficiales. Inspección y mantenimiento. Con este fin, los acueductos financiados por el estado reservaron un amplio corredor de tierra, hasta 15 pies a cada lado de la estructura exterior del acueducto.
Se prohibió arar, plantar y construir dentro de este límite. Dicha regulación era necesaria para la integridad y el mantenimiento a largo plazo del acueducto. Pero no siempre se aceptaba o se aplicaba fácilmente a nivel local. Particularmente cuando se entendía que el ager publicus era propiedad común, para ser utilizado para cualquier propósito que pareciera adecuado. Algunos acueductos municipales más pequeños o construidos de forma privada pueden haber requerido arreglos menos estrictos y formales.
Cultura musulmana
En la historia del agua en España es de vital importancia la civilización musulmana. Esta dio una especial importancia al regadío y las conquistas del siglo VIII iniciaron el resurgimiento de este tipo de agricultura. Tecnológicamente, la civilización musulmana no hizo sino resucitar, conservar, refinar y desarrollar una tecnología practicada desde muy antiguo en el ámbito del antiguo Próximo Oriente. Las técnicas de irrigación nabateas, iranias y babilónicas eran conocidas a través de las ideas científicas de Grecia y practicadas por los romanos. Estas técnicas fueron sintetizadas, desarrolladas y difundidas por los musulmanes.
Los musulmanes introdujeron elementos novedosos que les permitió adoptar y adaptar diversos medios y recursos técnicos para; la prospección, captación, elevación, almacenamiento, distribución y uso de aguas en general y en la organización y regulación del riego. Hasta el punto de que fue el motor de una importante revolución agrícola en el siglo XI, y en el cultivo de nuevas especies.
Además, uno de los aspectos determinantes en el urbanismo islámico y la organización de la ciudad es el agua. La existencia de un suministro de agua no solo condiciona la elección de un lugar de asentamiento. También percute en la distribución interna de la ciudad. Percute, particularmente, en la ubicación de algunos de sus establecimientos más importantes, como mezquitas y baños.
Evacuación de aguas residuales y técnicas de riego
Pero resuelto el problema del suministro, queda el de la evacuación de las aguas residuales y de las pluviales. Los musulmanes perfeccionaron inmensamente las técnicas de riego, se convirtieron en los maestros de la técnica hidráulica agrícola, aprovecharon los sistemas de riego romanos que se encontraron, y junto a las técnicas orientales que conocían, pudieron lograr un excepcional aprovechamiento del agua, no se puede pasar del hecho del contenido etimológico árabe de las palabras actuales con las que se designan las obras hidráulicas o de riego.
El agua también jugó un papel importante en la revolución industrial. Ésta nunca pudo haber sido de no ser por los motores a vapor.