Reverdecer las ciudades recuperando los cauces fluviales y humedales urbanos ha pasado a convertirse en una prioridad para los municipios. El objetivo va más allá de simplememente crear más zonas verdes, aprovechar solares para instalar huertos urbanos o recubrir tejados y fachadas con vegetación. Crear ciudades más verdes implica diseñar un plan holístico para la renaturalización del entorno urbano.
Reverdecer las ciudades
No es una moda, es una exigencia. algo sobre lo que alarman psicólogos, médicos y educadores ambientales. El trastorno por déficit de naturaleza afecta especialmente a la infancia más urbana. En este sentido, el número 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por la Organización de las Naciones Unidas se centra en conseguir ciudades y comunidades más sostenibles. Así, la ONU establece que “se necesita mejorar la planificación y la gestión urbanas». El objetivo es crear «espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Además, incide en que “las zonas verdes y los espacios públicos ofrecen oportunidades para mejorar la salud y la calidad de vida de los habitantes de las ciudades”.
Vitoria-Gasteiz, una de las ciudades más verdes de España
¿Y qué se está haciendo para lograr cumplir con objetivos como los de la ONU? Si en España hay que mirar hacia una ciudad que lleva años en esta dinámica de reverdecer el entorno urbano esa es Vitoria-Gasteiz. Su Anillo Verde fue uno de los primeros ejemplos de corredores ecológicos que ahora se quieren establecer en las ciudades. En Vitoria, los parques no son solo espacios de vegetación aislados con arboledas, praderas, columpios y áreas para perros. De hecho, existe un continuo de zonas verdes con mayores posibilidades de ocio para las personas. Los usuarios de estas zonas pueden experimentar, además, una mayor conexión con la naturaleza, la fauna y la flora.
A falta de cerrar la conexión completa, Vitoria-Gasteiz presenta parques urbanos que se han convertido en lo más parecido a un parque natural al uso. Es el caso de Salburua. Tras las labores de restauración ha sido declarado Humedal de Importancia Internacional del Convenio Ramsar. También ha sido declarado Lugar de Importancia Comunitaria dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Baste decir también que entre su biodiversidad destaca el visón europeo, uno de los carnívoros más amenazados del mundo. Y todo sin olvidar el importante componente de educación ambiental, dinamizado desde el centro de interpretación Ataria.
Proyecto de renaturalización en Alicante
Más tarde, con el objetivo de recuperar humedales urbanos con fines ambientales, llegó el proyecto del parque La Marjal, en Alicante. Esta iniciativa fue seleccionada recientemente por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) para participar como ejemplo en un seminario virtual sobre el papel de las ciudades en la gobernanza del agua. Como explican desde la Asociación de Geógrafos Españoles, “el parque representa uno de los pocos ejemplos didácticos españoles que explican el proceso de las inundaciones”.
La Marjal se creó en 2015 como una infraestructura verde destinada a aumentar la resiliencia al cambio climático en la ciudad. También se buscaba con ella dar solución a un problema en un ámbito urbano inundable. A su vez, se ha conseguido la presencia de una rica variedad de aves acuáticas. Van desde gaviotas patiamarillas y ánades azulones a garcillas cangrejeras y martinetes. Esto ha sido posible gracias a la vegetación autóctona que se ha consolidado y la cercanía con otros parques, como el de Sergio Melgares.
Madrid lucha por convertirse en una ciudad más verde
Martinetes, además de garzas reales, martines pescadores y fochas comunes. Son algunas de las especies que se ven ahora en el tramo más urbano del río Manzanares. Bautizado como Madrid Río, este gran parque vive en la actualidad un proceso de re-naturalización, interrumpido recientemente en uno de sus tramos por un canal de remo. Simplemente se abrieron las compuertas que antes mantenían al cauce estancado y con escasa vida natural. Así, volvió a discurrir libre el agua y a brotar una vegetación espontánea de espadañas, juncos, carrizos y hasta sauces y álamos.
Reverdecer Burgos
Pero Burgos había comenzado a reverdecer su ciudad antes que Madrid. De hecho, la ciudad castellanoleonesa inició en 1993 su proceso de renaturalización. Este proceso tenía como objetivo devolver la conectividad natural a un cauce alterado por presas y azudes. Desde entonces, la biodiversidad ha vuelto al río. Y con ella, como ocurre con el resto de ejemplos, la mirada y la participación directa de la ciudadanía. Además, se ha llegado a apuntar cambios en los censos de fauna y flora. Una de las últimas actuaciones ha sido la construcción de dos escalas de artesas. También se han construido dos rampas naturalizadas que permiten la remontada de las truchas comunes hacia los puntos de cría situados aguas arriba de la ciudad. Hoy en día, al pasear por Burgos uno se da cuenta fácilmente de que está en una de las ciudades verdes más bonitas de España.
Los anteriores son ejemplos de devolución de la naturaleza a las ciudades a través de sus recursos hídricos. Estos proyectos de renaturalización han servido de inspiración a otras partes de España que ahora piensan en recuperaciones similares. Es el caso del Tajo en Toledo y el Genil en Granada. El camino, fluvial, está marcado, y la demanda ciudadana es un hecho.