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El agua como lenguaje de comunicación

10 de Julio de 2014
lenguaje del agua cosmocaixa
Si pensamos en agua y en comunicación muy probablemente asociaremos ésta al contenido. Sin embargo, el agua es mucho más que eso, el agua puede ser también lenguaje. Puede ser la vía para comprender conceptos complejos como el de electricidad, que es el que te presentamos en este artículo.

A pesar de su cierre en el año 2013, CosmoCaixa acogió a científicos de la talla de Harold Morowitz, John Alcoy o Sebasthian Thrun. También se pasearon por sus instalaciones los Premios Nobel como Christian de Duve  o Georges Charpak. Este proyecto de la Obra Social de La Caixa sirvió como punto de apoyo en la tarea de la divulgación del conocimiento científico. Una de sus contribuciones fue la exploración del agua como lenguaje, como forma de comunicación.

El lenguaje del agua

Hace unos años estuve viviendo en Nueva York y tuve la suerte de asistir una de las conferencias TED que se organizaban en Brooklyn. Allí conocí a David Simpson y su curioso simulador de vuelo hidráulico.

David iba mostrando el funcionamiento de su diseño a la vez que explicaba a los participantes cómo podían observar en tiempo real la relación que existía a cada instante entre potencia y combustible o cómo podían visualizar en un vuelo simulado el intercambio entre energía potencial (combustible y altitud) y energía cinética (velocidad de vuelo). Conceptos muy abstractos que de repente se habían convertido en absolutamente materiales porque se comunicaban con el lenguaje del agua.

Simuladores de vuelo y túneles de viento existen y han existido desde los inicios de la era moderna. Lo espectacular de aquel invento no era que fuera un simulador de vuelo, sino que explicaba todos los conceptos físicos del vuelo mediante el agua. Lo cual me recordó una experiencia anterior, el circuito de agua que utilizábamos en CosmoCaixa Barcelona para entender los circuitos eléctricos.

La apuesta renovada de CosmoCaixa

Durante la primavera del 2004 todo el equipo, del entonces Museo de la Ciencia de Barcelona, trabajaba intensamente ultimando los detalles de lo que en septiembre de ese mismo año se convertiría en CosmoCaixa Barcelona. Todo debía estar a punto, los espacios, las exposiciones, la oferta educativa.

Los talleres de electricidad siempre han tenido un papel muy importante en los museos de ciencias interactivos, y no es para menos, ya que los fenómenos electromagnéticos son muy espectaculares. Tal vez fuera por eso que en la historia de las ciencias, la electricidad empezara con un papel secundario, como un entretenimiento.

Pocos sabían cuánto revolucionaría nuestras vidas. Ahora que ya sabemos que la electricidad es el motor de casi todas nuestras acciones es importante que sigamos compartiéndola con el público; aún así, la electricidad presenta un inconveniente a nivel pedagógico o divulgativo y es que la electricidad por sí misma es invisible.

Más allá del acto comunicativo

¿Cómo representamos qué sucede en un circuito eléctrico? ¿Cómo visualizamos cómo actúa una resistencia o qué es el voltaje y qué es la intensidad?, ¿y cómo le afecta a la intensidad de corriente eléctrico que las resistencias estén en serie o en paralelo?

La respuesta nos la dio el agua. El equipo de mantenimiento de CosmoCaixa construyó dos circuitos a escala de una persona. Uno era eléctrico con resistencias, bombillas, cables… El otro, justo a su lado, era hidráulico, con puertas, tuberías más o menos finas, depósitos… Una analogía ideal para favorecer la comprensión del participante.

¡Y es que el agua puede explicar conceptos sobre aviones, electricidad y matemáticas! Seguro que todos recordamos el famoso teorema de Pitágoras. Aquel que establece que en todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos. Lo que tal vez no todos hayamos visto es como este famoso teorema puede ser verificado con agua.

Y es que el agua, por sus múltiples propiedades, puede ser mucho más que puro contenido en el acto de comunicar, puede ser lenguaje, metáfora y maestra. Puede hacer visible, lo invisible y comprensible, lo casi incomprensible. ¡Hablemos con agua!

ACERCA DEL AUTOR

Irene Lapuente
Fundadora y directora de la Mandarina de Newton, una empresa comprometida con la cultura científico-tecnológica. Es Física de formación, cuenta con varios postgrados en comunicación y pedagogía y titulación en danza clásica. Por eso sus áreas de expertise son: el método científico, el design thinking y los procesos creativos.