Por otra parte y ante escenarios climáticos de impacto potencial importante sobre los recursos hídricos, conviene conocer que posibles medidas tomarían los ciudadanos. Así como en gran parte desconocemos los hábitos de consumo con precisión, también desconocemos cómo podrían cambiar estos hábitos ante las incertidumbres climáticas e hidrológicas del futuro. Las transformaciones territoriales en el litoral de la provincia de Alicante y sus repercusiones sobre la demanda de agua a raíz del desarrollo urbano relacionado con la actividad turística a partir de la décadas de 1960 y 1970 es objeto de análisis en esta tesis doctoral.
Algunos resultados obtenidos en esta investigación ponen de manifiesto que más del 60% del suelo urbano de la costa alicantina está ocupada por la urbanización de baja densidad, tipología esta que destaca por unos consumos elevados (más de 1000 litros/viv/día), en comparación con otras tipologías como apartamentos, adosados o viviendas de los núcleos urbanos donde no se superan los 400 l/día. Ello, se debe por la necesidad de riego de los espacios ajardinados y el llenado de piscinas que, hacen de este esta tipología, un modelo urbano “poco adaptado” al cambio climático y a la sequía. Todo ello, considerando, además que, Alicante se caracteriza por un déficit hídrico estructural motivado por el incremento de las demandas desde los años sesenta y setenta del pasado siglo (usos urbanos y agrícolas) y por ser un territorio dependiente de recursos hídricos (Acueducto Tajo-Segura) y en los últimos años, por la desalinización, un recurso que ha generado una “escasez física y social” al no poder ser asumido (por su alto coste) por determinados usuarios agrícolas. Sin embargo, cabe poner de manifiesto que, en toda la orla costera se ha producido un notable descenso del gasto de agua (tanto la suministrada en alta como por parte de los usuarios), motivado por factores estructurales y coyunturales. Un ejemplo es el caso de la ciudad de Alicante que, en la tipología de chalés se ha producido un descenso del 54% del gasto hídrico (2004-2013).
Por tanto, el ámbito urbano constituye, pues, un terreno muy importante para examinar las características del consumo de agua por parte de la población y los factores que influencian estas características. Un mejor conocimiento de todo ello resulta imprescindible para diseñar políticas de planificación y gestión de recursos hídricos que adopten el paradigma de las sostenibilidad, pero que también tengan en cuenta los contextos socio-demográficos, territoriales y tecnológicos que influyen en los hábitos de consumo del recurso.