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Cambio climático y crecimiento demográfico: los retos para el planeta

En 2030, el mundo necesitará, al menos, un 50 % más de alimentos, un 45 % más de energía y un 30 % más de agua. El cambio climático y el incremento de población son factores cada vez más decisivos para el futuro del planeta. El cuidado al medio ambiente, un consumo responsable, conocimiento e innovación son fundamentales para afrontar los nuevos retos.

Dado que la población mundial habrá aumentado de 7.000 millones a 9.000 millones en 2040, y que aparecerán 3.000 millones de nuevos consumidores de clase media en los próximos años, la demanda de recursos se incrementará exponencialmente. En 2030, el mundo necesitará al menos un 50 % más de alimentos, un 45 % más de energía y un 30 % más de agua. Por otro lado, el cambio climático amenaza los derechos humanos de millones de personas, sobre todo de las más vulnerables a los desastres naturales. Con estos datos, es innegable afirmar que tanto el cambio climático como el crecimiento demográfico se presentan como los grandes retos del planeta.

Los cambios climáticos inducidos por el hombre limitan los derechos a la salud, la alimentación, la vivienda, el agua potable y la higiene de millones de personas. Los desastres ambientales hoy en día desplazan más gente que las guerras. Desde 2008, 155 millones de personas han tenido que desplazarse por un corto o largo plazo a consecuencia de algún desastre natural.

Crecimiento demográfico y cambio climático a nivel mundial

No se espera que el aumento de la población se produzca de manera uniforme por todo el mundo. La población de África aumentará a más del doble para 2050 a 2.500 millones de personas, y Nigeria superará a Estados Unidos como el tercer país más grande del mundo.

Por otro lado, se espera que el crecimiento demográfico en Asia aumente en un 20% para 2050 a 5.3 mil millones de personas, con un crecimiento del 30% en India y una caída del 2% en la población china.

India está a punto de convertirse en el país más poblado del mundo, mientras China se dirige con lentitud hacia la estabilización gracias a la olvidada política del hijo único y a los grandes esfuerzos realizados en el ámbito de la educación. Se espera que las poblaciones de América del Norte y del Sur aumenten un poco más del 20% a 430 millones y 780 millones respectivamente.

En cuanto al impacto en la huella ecológica y el cambio climático, no podemos afirmar que un mayor tamaño poblacional se traduzca en un mayor número de contaminadores. Esto se debe a que los hábitos de consumo, así como las fuentes de energía utilizadas, son también muy importantes a la hora de determinar el impacto medioambiental.

A pesar de lo que muchos podrían pensar, el hecho de que una gran parte del «mundo desarrollado» siga sin reducir su contaminación supone un reto mayor para la estabilización climática que las crecientes poblaciones de las partes más pobres del planeta.

En función de las condiciones climáticas locales y la disponibilidad de transporte público, una gran parte de la población también podría ayudar a reducir las emisiones gracias a una reducción en la necesidad de transporte y atajar, así, uno de los grandes retos del planeta.

El caso único de Europa

Hay un continente que se destaca del resto: Europa. Se espera que en los próximos 35 años se produzca una disminución de la población sin precedentes. La población europea actual es de 740 millones, pero la ONU espera que caiga un 4% en los próximos 35 años a 705 millones.

Una población en declive puede aliviar la presión sobre los recursos, incluida la tierra, pero genera otros problemas, como, por ejemplo, dificulta el crecimiento del mercado.

En este entorno, los agricultores necesitan conseguir que los consumidores de sus mercados nacionales compren más, aumenten el valor de sus productos o exporten más para que sus negocios crezcan. El primero de estos objetivos es quizás el más difícil. El mercado europeo es maduro y el el consumo per cápita de productos agrícolas está decreciendo. Se puede agregar valor, pero a menudo requiere mucha inversión. Para los agricultores europeos, la opción más prometedora es exportar más a los mercados en crecimiento del mundo.