Tras abordar en las últimas semanas la presencia de las brechas de género y de las de talento en el mercado laboral, en Conversaciones Aquae nos disponemos ahora a analizar la situación existente en torno a la discapacidad y su incorporación al entramado empresarial.
Contamos para ello con excelentes conocedores de la materia como son Carmen Montes, directora de Inserta Madrid de Fundación Once, y José García Aupetit, responsable de comunicación de la Asociación APADIS, que junto a Mariola Urrea analizarán como los jóvenes con discapacidad se integran mejor o peor en el mercado laboral.
Diferencia entre diversidad y discapacidad
Como bien es sabido, los conceptos que usamos en nuestro día a día acaban generando una realidad con la que se termina por etiquetar a las personas. Por eso hemos querido empezar por ahí, por entender mejor la diferencia entre diversidad y discapacidad.
Cuando hablamos de discapacidad no solo nos hacemos referencia a la persona, sino también al entorno y a su interacción. Porque cuánto mejor se desenvuelva una persona en el entorno mayor o menor discapacidad tendrá. Y es que, precisamente, es el entorno el que pone las barreras.
Esto no es únicamente un asunto intrapersonal, se debe trabajar para conseguir que estas personas puedan realizar, con los apoyos necesarios, cuantas más actividades les sea posible, para que puedan así participar en igualdad de condiciones con el resto de la sociedad.
“Es importante hablar de personas con discapacidad, de poner el foco en la persona y no perder nunca de vista que la discapacidad existe en un entorno concreto” afirma Carmen Montes.
Por otra parte, la diversidad no hace referencia únicamente a la discapacidad, sino a la diferencia existente entre todas las personas. De forma, que a lo largo de esta conversación utilizaremos el sustantivo discapacidad ya que aporta una mayor concreción.
“La discapacidad es una cualidad, es algo que no define a la persona. Una persona es como es, tendrá mayor o menor capacidad para hacer algunas tareas y en función de lo que el entorno le exija tendrá unas determinadas necesidades de apoyo” argumenta José García Aupetit.
Las brechas por discapacidad en la formación
Centrándonos en el apartado educativo de los jóvenes con discapacidad se están observando paulatinos síntomas de mejora, aunque estos se estén realizando con gran lentitud. El sistema educativo busca dar respuesta a las necesidades de estos alumnos. La realidad es que, en estos momentos, no se está consiguiendo que lleguen a todos. Esto no se logra, principalmente, por una falta de apoyos que ayuden a cubrir las necesidades de todos estos alumnos. Sabemos que es un proceso largo, el que confiamos que siga mejorando.
Aún así, y gracias a la educación inclusiva, estamos generando que todas las personas nos podamos desarrollar en igualdad de oportunidades. Por ejemplo, este paso adelante que se ha dado en la convivencia en el colegio con alumnos que no tienen discapacidad, ayuda a la larga a la normalización. Una normalización que permitirá que en edades adultas no se vea al discapacitado como alguien diferente.
Además, se debe resaltar que cada vez más personas llegan a la educación superior, y al mismo tiempo cada vez hay menos abandono escolar en estos grupos. Un éxito complicado de diagnosticar no hace mucho tiempo.
Pero también es cierto que es muy importante que en el proceso de transformación nadie se quede fuera. Es un asunto que debe ir paso a paso, no se debe forzar y en el que es fundamental que haya más apoyos. Esto es algo que reclaman todas las instituciones que se desenvuelven tratando a personas con discapacidad. Hacen hincapié en que es muy importante la formación de los profesionales, y contar con las familias y el movimiento asociativo. Permitir que padres y madres opinen y decidan, y acompañen a sus hijos en este proceso. Y no perder de vista la inclusión, encontrando fórmulas y respuestas validas para mejorar la situación de este colectivo.
La integración en el mercado laboral también está viviendo una evolución positiva, pero aún queda mucho camino por recorrer. La formación es clave, y es la herramienta que marca la diferencia entre poder acceder a un empleo más o menos cualificado. Pero aún hay grandes brechas, no solo para la incorporación, sino también dentro del colectivo según el grupo de discapacidad. Los discapacitados intelectuales encuentran, y han encontrado siempre, más trabas que los físicos.
A lo largo de este nuevo podcast abordamos cómo la discapacidad impacta en el sistema educativo, qué respuesta se ofrecen para reducir las brechas por discapacidad y los retos que se les plantea a las personas con necesidades especiales para su inserción exitosa en el mercado laboral.
Para seguir mejorando es muy importante que trabajemos con las personas, con los empleadores y con todos aquellos que permiten el acceso al mercado laboral. Para que cada vez más la brecha, aunque existente, se vaya reduciendo y sigan accediendo cada vez más personas a puestos cualificados.
Desde las asociaciones también reclaman cambios, porque hay cuestiones que no están funcionando. Indican que los alumnos con discapacidad no pueden acceder a Formación Profesional porque el entorno no es el más adecuado. Tampoco los certificados de profesionalidad están adecuados, sobre todo en discapacidad intelectual, y esta es una realidad muy relevante parta su futuro laboral.
De esta forma, necesitamos hacer un esfuerzo para adecuar los contenidos y la formación para que nadie se quede fuera.
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