Medio ambiente

El medio ambiente comprende el «conjunto de circunstancias exteriores a un ser vivo», citando la definición de la Real Academia de la Lengua Española, similar al «mundo natural en el que viven las personas, los animales y las plantas» del diccionario Oxford English (OED). El concepto abarca los factores bióticos, físicos y químicos que interactúan y rodean una comunidad ecológica en un determinado tiempo y área geográfica.

El medio ambiente no sólo atañe a la física sino también a la biología, que viene conformando las condiciones físicas del medio desde los inicios de la vida sobre la Tierra. Debido a las complejas interacciones y relaciones entre la humanidad y los ecosistemas, el concepto de medio ambiente se ha vuelto más antropocéntrico y abarca no sólo la globalidad de circunstancias físicas y biológicas del entorno natural, sino también las económicas y socioculturales.

Etimológicamente, el término parte de las voces latinas medium y ambiens, que significan «medio» y «estar rodeando», respectivamente, y que entrañan tanto en español como en portugués una redundancia semántica, ausente en lenguas como el francés (environnement), el inglés (environment) o el italiano (ambiente). Para evitar este pleonasmo, se ha propuesto la palabra ‘biomedio’, más correcta pero de escasa popularidad fuera de las ciencias ecológicas.

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El medio ambiente puede clasificarse en dos clases principales, natural y artificial, en función de la intervención o no del ser humano. Las cataratas, tundras, meandros, desiertos, praderas, presas de castores, etcétera, integran el denominado medio ambiente natural, es decir, formado a partir de componentes y procesos físicos, químicos y biológicos como la erosión de suelos y rocas o la tectónica de placas.

Por su parte, el medio ambiente artificial, inducido o humanizado debe su nombre a la acción humana en su formación y mantenimiento por medio de materiales y procesos ajenos a la naturaleza. El riego, la fertilización y otros condicionantes naturales y nutrientes se encuentran bajo riguroso control humano. Claros ejemplos son los invernaderos de aluminio y cristal, los diques y presas de hormigón, las carreteras de asfalto, los puentes de acero o los sistemas agropecuarios.

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Medio ambiente y ecología no son términos sinónimos ni deben utilizarse como tal, pese a guardar una evidente relación. En primer lugar, el concepto de ecología, que etimológicamente proviene del alemán ökologie y debe su acuñación al naturalista E. H. Haeckel (1834-1919), se ocupa del estudio de las interrelaciones de los seres vivos y su desenvolvimiento en el medio que les rodea.

El medio ambiente es considerado, en cambio, un concepto hiperónimo de ecología, pues su campo de estudio comprende el medio natural en sí y el análisis de las condiciones y componentes naturales y artificiales en que se desarrolla la vida de los organismos animales y vegetales. Por cuestiones de precisión y de corrección, tampoco es adecuado el empleo de ‘naturaleza’ y ‘madre tierra’ como equivalentes del término ‘medio ambiente’.