El Mar Menor: la laguna salada más grande de Europa
El Mar Menor se considera la laguna salada más grande de Europa. Aunque existe una laguna mayor, en Venecia, con 550 kilómetros cuadrados, sólo el 11% de su superficie está ocupado por agua permanentemente. El otro 89% son llanuras de fango y diferentes pantanos de agua salada.
Esta laguna está separada del mar Mediterráneo por una estrecha franja de arena de 22 kilómetros de largo y entre 100 y 800 metros de ancho. Su nombre: la Manga del Mar Menor.
Historia del Mar Menor
El Mar Menor, que actualmente es una laguna, era hace diez millones de años una gran bahía abierta al Mar Mediterráneo. Movimientos de formación de las montañas vertirían sedimentos a través de los ríos, procedentes de lo que actualmente conocemos como Campo de Cartagena, surgiendo así volcanes submarinos que dieron lugar a las islas actuales: Grosa, Mayor o del Barón, Perdiguera, Ciervo, Sujeto y Redonda, de esta misma forma emergería el monte «El Carmolí».
La laguna que hoy conocemos como Mar Menor se formó en la era del Cuaternario (2.000.000 a. C.), sobre una bahía que se extendía desde la actual Cabo de Palos hasta lo que hoy conocemos como El Mojón (San Pedro del Pinatar), además, las corrientes marinas arrastraron arena que se acumuló en los islotes y promontorios volcánicos del litoral, conformando el largo y estrecho brazo conocido como La Manga.
A partir de entonces, el mar interior o Mar Menor se comunicaría con el Mediterráneo a través de una serie de canales o golas naturales que renuevan las aguas.
Los paisajes protegidos del Mar Menor
La laguna salada más grande de Europa y sus humedales periféricos, han sido designados por las Naciones Unidas como Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (Convenio de Barcelona). Se trata del humedal RAMSAR número 706.
Además, están protegidos:
- Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. Al norte de La Manga del Mar Menor, en el municipio de San Pedro del Pinatar. Protegido como Parque natural y ZEPA.
- Espacios abiertos e islas del Mar Menor. Se protegen dentro de este espacio las cinco islas volcánicas del Mar Menor: La Isla Perdiguera, la Isla Mayor o del Barón, la Isla del Ciervo, la Isla Rondella, y la Isla del Sujeto, así como los espacios del saladar de Lo Poyo, el Carmolí (tanto el Cabezo como la marina), la playa de La Hita, el Cabezo de San Ginés y las salinas de Marchamalo. Espacios protegidos como parque natural. Municipios de Cartagena, Los Alcázares y San Javier.
- La isla Grosa que comparte el mismo origen volcánico que las islas interiores del Mar Menor, también queda protegida dentro del Parque natural de Islas e Islotes del Litoral Mediterráneo
Un ecosistema único, en grave peligro
El Mar Menor está a un paso del colapso por contaminación. La situación es límite, según el Instituto Español de Oceanografía y la Universidad. La presencia masiva de fitoplancton es un síntoma de la grave degeneración de un ecosistema único.
Las causas de la alta contaminación del agua del Mar Menor son múltiples. La principal, según el informe de salud, es la eutrofización (acumulación de residuos orgánicos) producida por el vertido de aguas y residuos urbanos y agrícolas, la filtración procedente del subsuelo rica en nitratos, el aumento de la acuicultura, la acción de las líneas marítimas en el entorno, el cambio climático y otros orígenes naturales.
Un entorno sobreexplotado
La huerta murciana se ha convertido en un saco sin fondo de utilización de recursos hídricos del Mar Menor. Se calcula que existen 20.000 hectáreas más de regadíos que las censadas oficialmente. A los pozos, cada año más profundos, se ha unido la proliferación de desalobradoras particulares: 300 registradas; 700, según un estudio; y más de 1.000 según otras estimaciones.
Los agricultores desalan y vierten la salmuera y otros desechos a las ramblas que llegan a la laguna por la acción de las lluvias. A la vez, riegan con fertilizantes y las aguas con excesos de nutrientes se filtran al subsuelo.
Ante la contaminación de la laguna salada más grande de Europa los agricultores apuntan a otros causantes: las depuradoras de San Javier, Los Alcázares y San Pedro del Pinatar. Y alegan que la aparición de sustancias químicas en el agua se debe a vertidos urbanos.