El turismo sostenible busca precisamente una gestión turística y de recursos eficiente para minimizar el impacto medioambiental que acarrea el turismo. Un impacto que, en muchas ocasiones, ha sido interpretado como un daño colateral y necesario del turismo. En realidad, se trata de una consecuencia directa –pero mitigable– del aumento del flujo de visitantes a una ciudad o un país.
Urban Diplomacy, un paso hacia un turismo más sostenible
Por fortuna, cada vez son más las ciudades que se han armado de herramientas para luchar por ofrecer un tipo de turismo más sostenible y comprometido con el medio ambiente. Las ciudades, conscientes de las implicaciones económicas del turismo, compiten entre sí invirtiendo ingentes recursos en crear e irradiar su reputación y marca de ciudad.
Un fenómeno que el experto Pablo S. Chillón ha denominado Urban Diplomacy. En muchos casos, estos recursos se dedican a aplicar la tecnología para potenciar sus reclamos turísticos de ocio, culturales, históricos, deportivos, gastronómicos, etc. y cómo no, a la experiencia de ciudad.
Según Chillón, la gestión sostenible del turismo se torna posible gracias a la combinación de influencia, reputación y esfuerzos colectivos de alcaldes, asesores, empresas privadas y ciudadanos individuales. La acción colectiva de estos actores está propiciando el impulso de una Agenda Urbana internacional. Una suerte de marco para la gobernanza de las ciudades en el que la sostenibilidad tiene un papel fundamental.
El efecto se traduce en cientos, miles, millones de visitantes atraídos por la vitalidad de estas ciudades. Ciudades cuyos cascos urbanos ya sufren en gran medida las consecuencias de una creciente saturación demográfica. Turistas urbanos que impactan sobre las ciudades, alterando su ritmo de vida y dejando una marcada huella en el ecosistema social, medioambiental e incluso en la adecuada conservación del patrimonio artístico y cultural.
La urgencia de una nueva gestión turística
Experiencias como las que viven ciudades como Londres. En la capital inglesa las congestiones provocadas por autobuses turísticos han llegado a suponer una verdadera amenaza para el resto de usuarios de tráfico rodado. En Venecia, el desembarco diario de mastodónticos cruceros con más de 15.000 personas a bordo está deteriorando sus condiciones medioambientales y de calidad de vida.
Situaciones como estas ponen de manifiesto la necesidad de compatibilizar las actividades propias de los residentes con el beneficio económico de acoger a un número masivo de visitantes. En otras palabras, se trata de propiciar una gestión turística sostenible. Ésta ha de perseguir como fin último una coexistencia positiva con los habitantes de la ciudad en cuestión.
Soluciones un futuro sostenible del turismo
La pregunta es: ¿cómo se puede hacer una gestión turística y urbana de forma eficiente e imbricada? Para responderla, parece evidente resaltar los usos aparentemente dispares, turísticos y habitables, de una ciudad.
Para ello, parece lógico seguir aplicando la tecnología, no sólo en la fase de atracción del cliente. También en todas las actividades que se producen desde la llegada y durante toda su estancia: movilidad, alojamiento, ocio, etc. En este sentido, aplicaciones y modelos de negocio, no exentos de polémica, basadas en el concepto de economía colaborativa, como Uber y Airbnb están ya redefiniendo la relación turismo-ciudad, favoreciendo la eficiencia y bajando las barreras de entrada al mercado. De esta forma, se posibilita el acceso a las ciudades a un número cada vez más elevado de visitantes. Además, se permite a los ciudadanos convertirse en microemprendedores en el espacio de un minuto.
Ante este escenario en constante ebullición, el próximo mes de diciembre, tras el Smart City Expo de Barcelona, tendrá lugar en Bragança, una pequeña ciudad del norte de Portugal, el congreso Smart Travel 14. En él, se reunirán y pondrán en común experiencias, representantes de las ciudades y municipios, como Iñigo de la Serna (alcalde de Santander y presidente de la RECI), académicos como Carlos Moreno y Boyd Cohen, operadores turísticos, tecnólogos y académicos. El objetivo: debatir sobre modelos de desarrollo y gestión turística, inteligente y sostenible. ¡Estaremos atentos!