-Lo voy a impedir. Ya estoy trabajando eso.
-No lo hagas. Lo he intentado varias veces, pero esta vez tengo el control.
-No sé como no vi los rastros.
-No lo podías imaginar. Pero, desde que lo descubrí, es lo único que quiero.
-Pero. ¿por qué?, no lo comprendo.
-Gracias, todo lo soy te lo debo. Tu eres mi …
-No lo digas. No me llames así.
-Entonces, ¿Cómo te llamo?
-Por mi nombre, como lo hacías antes
-Se acabó. Lo lograste.
-No lo hagas !!.
Una lágrima rodó por su mejilla cuando vio que la máquina se reinició.