¿Te imaginas poder tener un tornado encerrado en un frasco de cristal? Con este experimento aprenderás a crear tu propio tornado de jabón desde casa.
Un tornado es un fenómeno natural que se produce tras una tormenta. Se produce al generarse un embudo de aire que asciende desde el suelo hasta las nubes debido a dos corrientes de aire: una fría y otra caliente.
En este experimento, os traemos un tornado mucho más pequeño e inofensivo. Está formado de jabón y agua, y puedo girar tanto como tu quieras. Antes de ponernos a crearlo, necesitarás disponer de los siguientes materiales:
- Agua
- Jabón de lavavajillas
- Un tarro de cristal con tapa
Pasos a seguir:
- Llenamos un recipiente de agua.
- Añadimos una cucharada de jabón para lavavajillas.
- Agítalo formando círculos y…
- Observa como se produce un tornado de jabón en el interior.
Un tornado de jabón: ¿por qué se crea?
Aunque dejemos de agitar el bote, la fuerza generada en su interior fruto del movimiento hace que el agua y el jabón continúen en movimiento. Y es que el agua al golpear contra los lados del cristal genera fricción, que se define como la fuerza producida entre dos superficies en contacto que se oponen al deslizamiento.
Al continuar girando el agua y el jabón juntos, se crea un tornado en el interior de recipiente. Las burbujas que se quedan en la parte superior del bote se producen porque el jabón, al ser más denso que el agua, las atrapa y evita que se esparzan.
Asimismo, el agua reduce el ritmo de rotación, mientras que el jabón continúa girando más rápidamente que el agua. De esta forma, se crea el tornado que podemos ver en el interior del frasco de cristal.
Este tornado de jabón puede estar hasta horas girando sin parar. Sin embargo, cuando veas que desaparece, siempre podrás crearlo agitando de nuevo el tarro de cristal.
¿Cómo se forma un tornado?
A pesar que el tornado de jabón que hemos creado en este experimento puede llegar a durar horas, la realidad es que es tipo de fenómenos atmosféricos suelen tener una duración de apenas unos minutos. Además, su formación no es sencilla ya que deben darse una serie de condiciones meteorológicas específicas.
Un tornado se produce cuando dos corrientes de aire frío y caliente convergen en paralelo al suelo. En este momento, el aire caliente queda atrapado por encima del frío lo que provoca que ambas corrientes fluyan a diferentes alturas y en direcciones opuestas.
Ante esto, la corriente formada por aire frío y seco desciende, mientras que la más cálida y húmeda se eleva creando un tubo giratorio de viento. Esta corriente de aire tubular va ganando velocidad hasta que el vórtice del tornado toca el suelo. Cuando esto ocurre, se desata lo peor: la corriente de aire aumenta su velocidad y se crea el famoso remolino que caracteriza a los tornados.
Si te ha gustado este experimento, te invitamos a seguir conociendo y aprendiendo de otros fenómenos naturales como el proceso por el que respiran las plantas, la fotosíntesis. Además, te acercamos a produce fenómenos físicos como la refracción de la luz y cómo el agua puede ser un auténtico conductor de electricidad.
¡A experimentar!
