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¿Por qué el cambio climático intensifica las enfermedades?

Si la Covid-19 nos ha mostrado hasta qué punto somos vulnerables ante los virus, deberíamos preocuparnos muy en serio por las consecuencias del cambio climático en la salud. La Organización Mundial de la Salud señala que el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, únicamente en lo relativo a la reducción de la contaminación atmosférica, podría salvar cerca de un millón de vidas al año en todo el mundo de aquí a 2050 así como prevenir las enfermedades infecciosas derivadas de ésta.

Julio Díaz, jefe de Área del Departamento de Epidemiología y Bioestadística en la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) advierte que la crisis climática exacerba las enfermedades infecciosas como las derivadas de la contaminación atmosférica y nos someterá a olas de calor más frecuentes e intensas. Entre los retos que se nos presentan están que nos adaptemos a la subida de las temperaturas.

Pregunta.- ¿Cuáles son los principales efectos del cambio climático en nuestra salud?

Respuesta.- Son múltiples. El más evidente es la sucesión de olas de calor cada vez más frecuentes e intensas. Pero, a su vez el cambio climático lleva asociado en nuestras latitudes situaciones de bloqueo anticiclónico y mayor insolación. Esto implica que los mecanismos por los que la contaminación se dispersa son menos abundantes. La contaminación tiene una mortalidad atribuible de 10.000 muertes año, pero además está relacionada con el desarrollo de enfermedades muy graves como el cáncer de pulmón.

La contaminación del aire es uno de los efectos del cambio climático que aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, así lo afirma Julio Díaz

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) dice que las pm 2.5 (partículas contaminantes muy pequeñas de 2.5 micras con gran capacidad para entrar en las vías respiratorias) son un carcinógeno de primer orden. Hay estudios que indican que el NO2 que emiten los vehículos de combustión interna está relacionado con un aumento de cáncer de mama, y aunque con menor evidencia, también se relaciona contaminación atmosférica con cáncer de aparato digestivo y de vejiga.

Además, está implicada en enfermedades neurodegenerativas como demencia y Alzheimer, empeora las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, influye en hipertensión, ictus e infarto de miocardio y en la depresión y la ansiedad. El desarrollo cognitivo se ve mermado en niños y está relacionada con lo que llamamos variables adversas al nacimiento. Nuestros estudios en España nos dicen que el 13% de los partos prematuros estarían asociados a la contaminación y el 17% de nacimientos de bajo peso.  Hace poco se ha visto que el asma no solo se ve exacerbado por la contaminación, sino que la contaminación lo produce.

P.- Si los efectos del cambio climático ya son palpables con enfermedades infecciosas, ¿a qué nos enfrentamos?

R.- Si estamos en un mundo o que no llueve o lo hace de formar torrencial y las zonas del planeta que tienen mayor riqueza como son los deltas de los ríos se van a ver anegadas como consecuencia de la subida del nivel del mar eso va a producir el desplazamiento de la población. El principal problema que nosotros vemos en cambio climático, no son los problemas anteriores que son importantes, sino el desplazamiento de la población.

 P.-¿A qué se refiere?

R.-A lo largo de la historia, siempre que había un problema de calor se migraba hacia los lugares más fríos, si los había de frío se iba a las zonas más cálidas. El problema es que ahora esta migración se produce en concreto hacia las grandes ciudades. Vas a tener una ciudad con una población incrementada de forma importante, con personas con un perfil sanitario totalmente distinto. Los desplazados por el clima son superiores a los desplazados por la guerra.

El cambio climático va a redistribuir y exacerbar las enfermedades infecciosas existentes

En el último año, los desplazados por guerras alcanzaban los 3,5 millones, mientras que los desplazados climáticos ya son 7 millones.  Habrá personas que están inmunizadas para un tipo de enfermedades mezcladas con otras que no lo están. Es un problema a escala global que supera en impacto a los problemas que hay a escala local.

Otro de los problemas del cambio climático es el desplazamiento de enfermedades causadas por vectores transmisores de enfermedades infecciosas. Antes cierto tipo de mosquitos, como el mosquito tigre solo se daban en latitudes cálidas, ahora ya está en nuestras latitudes. Hay que tener en cuenta que el cambio climático va a redistribuir y exacerbar las enfermedades existentes. Enfermedades que se daban por estas latitudes se van a dar y las que ya había, el cambio climático las va a hacer más bruscas e intensas.

P.- España es un país donde siempre ha habido olas de calor, pero ¿qué nos espera si se acentúan?

R.- Lo que nos dice el IPCC es que cada vez van a ser más frecuentes e intensas. Si antes se producían cada cada diez años, ese tiempo de retorno será cada cinco, cada tres y luego cada año, superando en temperatura a las anteriores. Nosotros hemos hecho predicciones de lo que va a ocurrir en España en el horizonte de 2050-2100 con el peor de los escenarios posible, el que tenemos ahora de emisiones sin control.

Juan Díaz advierte que el cambio climática potencia el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y que el aumento de temperatura y las olas de calor serán más comunes en el futuro

En este horizonte en el que se prevé que lleguemos a 990 partes por millón (ppm) de CO2 en 2100, ahora estamos en 415 ppm de CO2, la mortalidad en España atribuible al calor pasaría de las 1.200 muertes al año a las 12.000. Es decir, se multiplicarán por diez, lo cual nos va a costar cerca de 50.000 millones de euros al año. Esto es si no nos adaptamos al calor. Es decir, este modelo lo hemos realizado con dos hipótesis: una, que el impacto del calor no va a variar en el tiempo; y dos, que la mortalidad se va a producir siempre a las mismas temperaturas.

Ahora mismo en Madrid, el calor produce un incremento de mortalidad a partir de los 36 grados, si mantengo que esa mortalidad se va a seguir produciendo a esos 36 grados, dentro de 20 años llegamos a esas 12.000 muertes al año. Y estamos viendo que esto no es así. Estamos viendo que estas temperaturas a partir de las cuales la gente fallece por calor son más altas. El truco está en que no habrá más mortalidad por calor si conseguimos que el ritmo al que sube la temperatura por el cambio climático coincida con el ritmo con el que sube la temperatura a partir de la cual las personas empiezan a fallecer por calor.

¿Conseguiremos adaptarnos al calor?

R.- Nosotros somos optimistas porque en el estudio que hemos hecho a nivel de media en España tendremos que adaptarnos a un ritmo de 0,6 grados por década. Eso quiere decir que si ahora la temperatura a partir de la que incrementa la mortalidad por calor es de 36 grados dentro de diez años tiene que ser 36,6 y dentro de otros diez 37,2 y luego 37,8. Ese aumento de 0,6 grados por década no es descabellado.

Los planes de prevención y la cultura del calor serán clave para adaptarnos al calor

En Japón prevén adaptarse a uno o dos grados por década y en Estocolmo a 0,8 grados por década, por lo tanto, no nos parece imposible. Para ello son muy importantes los planes de prevención y también lo que en Estados Unidos se llama la cultura del calor. Los ancianos ya saben por ejemplo que el calor es capaz de matar y cuando van a caminar lo hacen a la hora adecuada, no se exponen al sol y no les falta una botella de agua, una gorra y pantalón corto.

P: ¿La cultura del calor tiene va a marcar nuestros hábitos?

R.- La educación ambiental tiene que tomar un protagonismo clave, aunque hay otros factores. El impacto del calor ha subido en el grupo de población entre los 18 y los 45 años. En este grupo de edad están las personas que trabajan al aire libre.

Hay que empezar a inculcar salud laboral y hay que considerar que en cierto tipo de situaciones hay actividades que no se pueden realizar. Hay que identificar bien a todos los grupos especialmente vulnerables. Recorrido en los planes de prevención hay, pero no nos podemos relajar porque se esta viendo que entre 2013 al 2018 se ha frenado esa adaptación.

P.- ¿A qué se debe?

R.- Hemos visto que hay que ir a planes de prevención mas finos y específicos por zonas en función de la temperatura. También es importante fomentar los planes integrados de contaminación y calor. En España cuando se produce una ola de calor normalmente es porque hay una eyección del polvo del Sáhara. Cuando esto ocurre, aumenta el NO2 y también el ozono que tiene una incidencia clave en la mortalidad.

También hemos visto que aumentan los incendios y aumentan las sequías. Por lo tanto, no tiene mucho sentido que hablemos de un plan solo de calor o solo de contaminación, sino que tenemos que integrar esos planes para activarlos de forma conjunta cuando sea necesario. La salud pública que siempre ha sido denostada debe alcanzar el protagonismo que merece. El ejemplo lo tenemos en la situación que estamos viviendo. Es muy importante poner la salud en el foco del cambio climático.

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Julio Diaz