Sembrando Oxígeno
Reforestación en las Arcas Reales de Valladolid
Fundación Aquae, junto a Aguas de Valladolid, pone en marcha, en el marco de Sembrando Oxígeno, la reforestación en la zona de Las Arcas Reales. Más de un millar de plantas de especies citadas en los textos de Miguel Delibes darán vida a esta zona situado al sur de Valladolid.
Sembrando Oxígeno llega a las Arcas Reales de Valladolid, de la mano de Aguas de Valladolid. Más de mil árboles, arbustos y plantas serán plantados en esta emblemática zona con el objetivo de recuperar masa forestal a la vez que se crea un entorno más verde en una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de la ciudad.
La reforestación es mucho más que plantar árboles; es una forma de combatir el campo climático y apostar por un desarrollo sostenible del planeta.
Historia de las Arcas Reales
La historia de las Arcas Reales se remonta al viaje de aguas de Argales, la obra de ingeniería hidráulica construida entre los siglos XVI y XVII para abastecer de agua Valladolid.
Ya entonces la ciudad se esforzaba por obtener un abastecimiento público de aguas a través de un sistema de fuentes que permitiera eludir los cambios en el caudal del río Pisuerga.
En este proyecto participaron monarcas, monjes benedictinos, el ayuntamiento y algunas familias. Se organizó entonces una comisión, en la que colaboraron los ingenieros Benito Morales y Francisco de Montalbán, encargada de trazar la nueva conducción y la posible ubicación de las futuras fuentes, dirigida por el arquitecto Juan de Herrera, mientras que Juan de Nates y Diego de Praves ejecutaron los trabajos, que comenzaron en 1586.
El arquitecto de las Arcas Reales
El arquitecto y matemático Juan de Herrera está considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana. Su sobrio estilo arquitectónico, conocido como estilo herreriano, fue representativo del reinado de Felipe II (1556-1958) e influyó notablemente en la arquitectura española posterior, principalmente a lo largo del siglo XVII.
Su obra arquitectónica más importante es el Monasterio de El Escorial. Más adelante también se encargaría de la Catedral de Valladolid. También participó en la ampliación del Jardín del Rey del Palacio Real de Aranjuez y se encargó del diseño de la Lonja de Sevilla, actual Archivo de Indias, entre otros proyectos de gran importancia.
¿Qué son los viaje de aguas?
Los llamados viajes de aguas eran conducciones para transportar el agua desde los manantiales hasta las fuentes urbanas. La longitud de la conducción era de 5 kilómetros, en superficie en el primer tramo, y subterránea el resto del recorrido.
En esta conducción se construyeron 32 arcas, cuya función consistía en recoger el agua, regularla, filtrarla de impurezas y salvar los desniveles. 27 de estas arcas estaban fuera de la ciudad. Hoy sólo se conservan 14. Las arcas están construidas en piedra, son de planta cuadrangular, puerta adintelada y ventana orientada al norte para renovar el aire. La cubierta es piramidal o a dos aguas. La zona se sitúa a las afueras de la ciudad.
Sembrando Oxígeno: una iniciativa basada en la reforestación
En Aquae estamos comprometidos con el cuidado al agua, el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Los árboles cumplen una doble función fundamental: absorben CO2 y generan oxígeno. Sembrar árboles es sembrar oxígeno, esencial para la vida, pero también es ganarle la lucha a la desertización y el cambio climático.
Nuestra primera experiencia la hemos llevado a cabo en Pego (Alicante), un lugar de tradición arrocera y pesquera cuya historia se remonta al paleolítico. El hombre desde la antigüedad ha vivido en este valle beneficiado por el monte, la proximidad del Mediterráneo y la abundancia de agua. Pero, precisamente, uno de sus bosques experimentó en mayo de 2015 un fuerte incendio en el que ardieron 1.715 ha de terreno, gran parte de propiedad municipal.
Por ello, en diciembre de 2015 y en colaboración con Hidraqua pusimos en marcha un proyecto de reforestación de 80.000 m2 de lo que será un futuro bosque de 5.000 nuevos árboles de especies autóctonas. En el proyecto participan personas en riesgo de exclusión social.
Esto sólo es el principio de lo que esperamos será un compromiso de largo alcance en el que queremos sembrar con bosques el oxígeno del presente, pero también el de generaciones venideras. Combatir la pérdida de masa forestal y consecuente desertificación es luchar contra el cambio climático, una acción que estamos convencidos tendrá grandes beneficios para nuestro presente y el de futuras generaciones.