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Aquae

La arena mágica que siempre está seca

Para este experimento necesitaremos: agua, un recipiente, una cuchara y arena.

En el experimento de la semana pasada te desvelamos el misterio del agua que no moja, y cómo era posible que metiésemos un dedo en un recipiente con agua y, sin embargo, al sacarlo permaneciese seco. Como continuación y para profundizar en este ‘milagro’ de la ciencia, hoy te traemos el secreto de la arena mágica que consigue estar siempre seca, incluso cuando se encuentra sumergida en el agua.

Para ello, hemos llenado un recipiente con agua y hemos vertido la arena, que se queda almacenada sobre el fondo en forma de pequeños montones estancos, debido a la presión atmosférica que actúa sobre ella. Introducimos una cuchara, cogemos arena y la sacamos a la superficie, y entonces vemos que… ¡sigue seca!

En contraste con los granos de arena normal, que están compuestos por pequeñas partículas de sílice que son afines al agua y, por tanto, se mojan, esta arena es hidrofóbica, lo que quiere decir que no absorbe agua y permanece impermeable. Esto se debe a que se trata de una arena especial, tratada con nanotecnología (la tecnología que se dedica a manipular materias a nivel de átomos y moléculas) para aportarle estas propiedades.

Y esto, ¿para qué sirve? 

Este tipo de arenas hidrofóbicas tienen aplicaciones de gran importancia en campos como la agricultura. En condiciones de aridez extrema, como en los desiertos, esta ‘arena mágica’ permite cultivos más eficientes, ya que impide que el agua se filtre al suelo y también que la sal de la arena penetre sobre la planta.