No hay nada como fomentar la cooperación colaborativa para llegar a una sociedad más participativa implicada y comprometida. Si hay algo que la naturaleza puede enseñarnos es precisamente eso. La naturaleza debe su buen funcionamiento a la participación comprometida de todos los elementos que participan del ecosistema.
Sirva pues la naturaleza como fuente de inspiración para la creación de un modelo social basado en la cooperación colaborativa. Un lugar donde los unos se nutren de los otros y viceversa por el bienestar del grupo y del entorno en el que éste vive.
Fundación Aquae, impulsora un nuevo modelo social
Nuestra responsabilidad a través de la Fundación es contribuir a que la sociedad sea consciente de los desafíos globales relacionados con el medio ambiente y el agua. Tenemos una responsabilidad con las generaciones futuras y ese compromiso es cuidar del Planeta y mejorar nuestra calidad de vida.
El modelo de producción y crecimiento actual, que por un lado dilapida los recursos naturales y por el otro, no impulsa el potencial de las personas, tiene los días contados.
El desarrollo sostenible, es decir, equilibrado, sitúa a las personas en el centro de su actividad y busca fomentar o retomar la cohesión social, la igualdad de oportunidades y la meritocracia, impulsando un modelo de trabajo y de cooperación colaborativa.
Este es uno de los cambios más destacados y que más consecuencias van a tener en el futuro para las organizaciones y para nuestra sociedad. La Fundación Aquae quiere ser impulsora de este nuevo modelo de colaboración, de promoción del talento y de fomento de innovación.
Una sociedad basada en la cooperación colaborativa
La nueva sociedad que estamos alumbrando en este comienzo del siglo XXI será más transparente y estará más basada en la cooperación colaborativa. Se desarrollará de forma paulatina una mayor disposición a compartir nuestra experiencia porque son la confianza y la excelencia los factores que nos dan fuerza.
Esta actitud de cooperación colaborativa es fundamental en la esfera del agua. En ella la comunidad internacional ha reconocido la importancia del uso y la gestión, pacífica y sostenible, de los recursos hídricos. Fomentar las oportunidades de cooperación en la gestión del agua, y mejorar la comprensión de los desafíos y los beneficios de la cooperación es esencial. Al hacerlo, se crea confianza y respeto mutuo entre los usuarios.
Debemos contemplarnos como emprendedores permanentes, capaces de reinventarnos en cada momento para adaptarnos a esta realidad cambiante. El modelo de cooperación colaborativa ha llegado para quedarse y cada vez lo vamos a ver más en más sectores. Las nuevas tecnologías han dado voz a los ciudadanos y permiten visualizar como nunca el talento.
Pasos hacia un desarrollo sostenible
Es necesario que todas las estructuras organizacionales se adapten a esta realidad y que tengamos la disposición para confiar en las aportaciones de todos. Las capacidades más importantes en el futuro serán esas que hasta ahora considerábamos blandas, como la inteligencia emocional, trabajar en equipo, comunicar y resolver problemas en un entorno abierto.
Junto a las personas, el agua está en el centro del desarrollo sostenible, pero también está en el corazón de lucha contra el cambio climático. Se trata de un vínculo crucial entre las personas y la naturaleza. En este sentido, debemos aprender de ella y de los innumerables ecosistemas que la forman. En ellos, la regeneración es un principio clave.
Esta es una de las ideas principales de “La Economía Azul”, del profesor Gunter Pauli. Hay que servirse de conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio ambiente y creando riqueza.
La naturaleza no siempre es perfecta o justa, pero desarrolla mecanismos de mejora y evolución constante. Aprendamos de ella, les aseguro que además, será una experiencia fascinante.