Para poder entender las funciones del agua, su composición y el ciclo, primero debemos definir qué es el agua: se trata de una sustancia cuyas moléculas están compuestas por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. Es un líquido inodoro –no tiene olor–, insípido –no tiene sabor– e incoloro –sin color–.
El agua se está presente en diferentes estados, por lo que la encontraremos en los distintos elementos naturales que están distribuidos por todo el planeta. En su estado líquido fluye por ríos, arroyos y océanos. En su aspecto sólido se encuentra en los polos, o cuando los lagos y ríos se congelan y se convierten en hielo. Por último, el agua en forma gaseosa es el vapor y lo encontramos en la atmósfera.
El 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua líquida y, de ella, alrededor del 96% corresponde al agua salada que compone los océanos. Cerca del 69% del restante 30% es el agua congelada de los polos. Solo entre un 1% y un 4% corresponde al vapor de agua presente en la atmósfera.
Si bien su definición es aplicable a cualquier forma en la que se pueda presentar, conviene aclarar que existen varios tipos de agua en función de sus características químicas, físicas o biológicas:
En 1782, Henry Cavendish descubrió que la molécula de agua estaba formada por dos elementos: un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno (H2O). Estos elementos están unidos mediante enlaces covalentes. Hasta entonces se pensaba que era un solo elemento.
La molécula de agua tiene una estructura no lineal. La distribución de los átomos y el alto valor de electronegatividad del oxígeno genera la formación de un dipolo que determina la polaridad del agua. Esta característica hace que el agua tenga una buena conductividad eléctrica.
El agua es el solvente universal, dado que la gran mayoría de las sustancias se pueden disolver en ella. Posee una cualidad adhesiva enorme, que es el motivo por el que puede mojar objetos y cuerpos, gracias a la polaridad de sus moléculas. Y, además, es un excelente conductor de la electricidad y del calor.
Otro aspecto que define qué es el agua se encuentra en las diferentes funciones que ejerce. Todas ellas son vitales para la salud del planeta y de los diferentes ecosistemas que lo componen, sean acuáticos o no. Pero también aporta numerosos beneficios para la salud del ser humano:
El ciclo del agua o el ciclo hidrológico es uno de los procesos bioquímicos más importantes. El agua sufre una serie de transformaciones y desplazamientos en los que va pasando por sus tres estados: líquido, sólido y gaseoso.
Este ciclo se compone de varias etapas, que se desarrollan de forma sucesiva y simultánea, y se repiten y compenetran con otras:
Fue el 28 de julio de 2010 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el agua potable y el saneamiento básico como un derecho humano esencial para una vida digna. El organismo internacional ya estimaba que 884 millones de personas no contaban con acceso a agua potable. Y es que con esta resolución, los estados se comprometieron a proporcionar los recursos necesarios para ayudar a los países más vulnerables a disponer de suministro de agua y saneamiento saludable y asequible par todos.
Este reconocimiento del agua como un derecho humano es el primer paso para expresar la voluntad de aunar esfuerzos para satisfacer las necesidades básicas. Cinco años después de esta resolución, Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. Esta agenda es la hoja de ruta, formada por 17 objetivos, que los países e instituciones deben seguir para construir un mundo más sostenible.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 pretende lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, así como garantizar los servicios de saneamiento e higiene adecuados. Esta meta sostenible busca poner fin a una problemática que está causando que cada día, alrededor de 1000 niños mueran debido a enfermedades como al diarrea asociada al consumo de agua no potable.
Con la irrupción y expansión de la pandemia mundial de la Covid-19 se ha evidenciado la importancia vital de disponer de un saneamiento e higiene adecuado como medida eficaz para prevenir y contener las enfermedades. El lavado de manos ha sido una de las recomendaciones fundamentales para prevenir la expansión del virus en el último año. Aún así, sigue habiendo miles de millones de personas que no disponen de este derecho humano universal.