Pólderes: tierras conquistadas al mar
La historia de los Países Bajos (Nederland), un nombre que define a la perfección la llana geografía del país, es la lucha de sus habitantes contra el mar, al que desde la Edad Media vienen conquistando tierras para convertirlas en campos de cultivo. Estas tierras, llamadas pólderes, están situadas a nivel del mar o por debajo de éste y marcan el bucólico paisaje de un estado que, pese a su reducido tamaño, es uno de los más densamente poblados del mundo y una potencia en lo que a exportaciones agrícolas y lecheras se refiere. Sin ir más lejos, sus dos principales ciudades, Amsterdam y Rotterdam, se construyeron sobre tierras ganadas al mar. Los Países Bajos cuentan hoy con más de 3.000 pólderes –que se corresponden a una cuarta parte del territorio holandés, el más rico y fértil–, los cuales han evolucionado y siguen haciéndolo en función de las necesidades del país.
La expansión del territorio es una apuesta arriesgada que requiere una continua inversión de millones de euros en infraestructuras –casi el 30% del PIB nacional–. El Mar del Norte intenta recuperar aquello que le ha sido arrebatado y, si no lo consigue, es gracias a un extenso sistema de diques y obras de ingeniería que protege los pólderes de sus ataques. Los famosos molinos de viento que aparecen por doquier, sin ir más lejos, sirvieron para drenar agua en el pasado.
Pese a los esfuerzos por controlar la furia del mar, en ocasiones han ocurrido catástrofes. Pero los holandeses siempre han respondido a las mismas desarrollando nuevas tecnologías y construyendo infraestructuras más eficaces y robustas. En 1927, por ejemplo, una década después de que el Mar del Norte castigara con terribles temporales el país, se construyó el dique Afsluitdijk, de 30 km de largo. Las inundaciones de 1953, por su parte, que causaron más de 1.800 víctimas y anegaron el 8% del territorio, motivaron el desarrollo del Plan Delta, que, tras 40 años de trabajos y una inversión de 4.500 millones de euros, concluyó con la construcción de 13 nuevos diques. El nivel del agua aumentó 17 centímetros en el siglo XX y se espera que se eleve 60 más en este siglo. La guerra de Holanda contra el agua, por lo tanto, sigue adelante.
El dique Oosterscheldekering
La joya de la corona del Plan Delta fue esta colosal barrera, considerada por los expertos como una de las obras maestras de la ingeniería moderna.
El dique Oosterscheldekering está formado por 65 pilares –de casi 40 metros de alto y un peso de 18.000 toneladas– y 62 compuertas, dispuestos a lo largo de tres kilómetros, entre la costa de Zelanda y el Mar del Norte. Las compuertas, por las que circula libremente el agua, se cierran solo en caso de temporal, evitando así que una inundación pueda anegar los plóderes pero respetando al mismo tiempo el ecosistema costero. Por encima del dique discurre una autopista. El Oosterscheldekering fue la infraestructura más costosa del Plan Delta, inaugurándose en 1987 tras diez años de desarrollo. Su mantenimiento anual cuesta alrededor de 20 millones de euros.
El arma secreta para el drenaje de los humedales
Durante siglos, los molinos de viento fueron empleados no sólo para moler grano y serrar madera, sino también para para bombear y eliminar el agua sobrante de los pólderes.
Los molinos de viento, usados para moler cereales, comenzaron a construirse en Inglaterra y Francia hacia finales del siglo XII, aunque ya eran usados en los territorios conquistados por el Islam desde el siglo IX. Los habitantes de Flandes, sin embargo, pronto aprendieron a darles un nuevo uso. Con ellos y la ayuda de diques comenzaron a drenar humedales y pantanos para convertirlos en tierra firme. Entre los siglos XVII y XVIII se construyeron en los Países Bajos cientos de molinos para bombear agua, lo que permitió generar miles de kilómetros cuadrados de pólderes. Ya en el siglo XIX, los molinos fueron sustituidos por estaciones de bombeo a vapor.
Cómo se construyen los pólderes
Aunque las tecnologías y materiales empleados han ido variando con el paso del tiempo, el proceso de extraer tierras del mar en Holanda siempre ha seguido los mismos pasos.
Así serían los Países Bajos sin sus barreras
En total son casi 7.500 km2 de tierra los que Holanda ha logrado arrebatar al mar. Si sus infraestructuras, hoy el país sería una cuarta parte más pequeño