Entender qué es la desertificación es imprescindible si queremos buscar soluciones efectivas para frenar su avance. Las poblaciones que habitan en zonas afectadas por las consecuencias de la desertificación están experimentando la necesidad de cambiar su vida y forma de organización para que el acceso al agua vuelva a ser una realidad. Hay multitud de áreas en el mundo que están azotadas por este fenómeno, que en algunos casos sucede de forma natural. De esta manera, las causas de la desertificación no son siempre provocadas por el hombre. Aunque sí reside en el ser humano la capacidad de actuar para evitar que se convierta en un problema todavía más grande.
La Convención de Lucha contra la Desertificación de las Naciones Unidas ha definido qué es la desertificación como “el proceso de degradación del suelo resultante de factores como las variaciones climáticas o las actividades humanas”. La desertificación es un fenómeno que implica la pérdida de suelos fértiles y la incapacidad de los ecosistemas de cumplir con su función reguladora para suministrar bienes y servicios. Las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas se consideran las más susceptibles de sufrir el efecto de desertificación.
Teniendo en cuenta lo anterior, a nivel europeo, España es el país con más riesgo de sufrir desertificación. Alrededor del 75% del territorio se encuentra en grave peligro y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible, particularmente en la vertiente mediterránea, la andaluza y las Islas Canarias. Las previsiones de cambio climático para España no son positivas y apuntan a que los periodos de sequía serán cada vez más frecuentes e intensos. Esto agravará las consecuencias de la desertificación.
Se trata de un proceso complejo porque, en términos generales, resulta difícil determinar una única causa de la desertificación. Al fin y al cabo, este fenómeno ocurre como resultado de la confluencia de diferentes factores, provocados tanto por el clima como por la actividad del ser humano. Algunas de las causas de la desertificación son:
Por otro lado, el cambio climático afecta al contenido orgánico de los suelos españoles. Esto provoca una disminución en el carbono que contienen de manera natural, afectando con ellos a sus propiedades físicas, químicas y biológicas. En particular, las zonas más húmedas de la parte norte de la península sufren estos efectos de manera más acusada.
La desertificación es uno de los principales problemas a nivel mundial. Sus efectos se relacionan con la pobreza, el medio ambiente, la sostenibilidad y la estabilidad socioeconómica, entre otros. Estos son algunas de las principales consecuencias de la desertificación:
Fundación Aquae, para ser parte de la lucha contra las causas y consecuencias de la desertificación y la sequía, puso en marcha en 2015 ‘Sembrando O2’. A través de esta iniciativa, se ha llevado a cabo un trabajo de reducción y compensación de las emisiones de CO2 con un proyecto de reforestación y plantación de árboles.
La replantación forestal es una herramienta contra la desertificación porque los árboles cumplen una doble función. Por un lado, absorben CO2. Por otro lado, generan oxígeno. Así, plantar árboles y ayudar a reforestar zonas afectas por incendios o sequía, ayudan a reducir la contaminación atmosférica, a combatirla mediante un aire más limpio y la absorción de CO2. Un proyecto que ha llevado a Fundación Aquae a recibir el Triple Sello ‘Calculo+Compensa+Reduzco’, otorgado por la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) del Ministerio para la Transición Ecológica, convirtiéndose en la primera empresa de ámbito privado en conseguirlo.