Biodiversidad urbana: el vínculo entre la ciudad y el medio ambiente
¿Qué es la biodiversidad urbana?
La biodiversidad urbana se refiere a la variedad y variabilidad de aquellos organismos vivos que se encuentran en una ciudad y a los sistemas ecológicos en los que se encuentran. En general, responde a una combinación de factores biogeográficos y antropogénicos con una fuerte influencia de estos últimos.
La biodiversidad es la variedad de vida en un área determinada: el rango de plantas, animales y otros organismos que se pueden encontrar en un ecosistema. En ocasiones, es un término que se asocia con las zonas rurales, pero es importante recordar que también existe en las ciudades, donde animales y plantas viven en un complicado equilibrio con la vida urbana.
Tipos de biodiversidad urbana
Según su presencia y procedencia, la biodiversidad urbana se puede clasificar dentro de tres grupos:
- Captiva: especies ubicadas en hábitats preurbanos que la ciudad, en su crecimiento, ha absorbido.
- Inducida: deriva de determinadas actividades humanas que han favorecido las especies que proceden de otros hábitats y lugares.
- Atraída: son las especies antropófilas que aprovechan los recursos y flujos de materia y energía.
A su vez, puede conformar otros tres grupos a partir de los biotopos presentes en la ciudad:
- Mundo gris:
- Edificios
- Infraestructuras viarias
- Sistemas subterráneos
- Calles y plazas
- Mundo verde:
- Medio rupícola
- Eriales y solares
- Arboledas viarias
- Parques y jardines
- Medio forestal
- Mundo azul:
- Fuentes y lagos artificiales
- Playas y puertos
- Ríos
Urbanismo vs. conservación
El urbanismo y la conservación de la biodiversidad han sido considerados conceptos antagónicos, ya que la expansión de las ciudades es una de las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad a escala global. El aumento de los materiales no naturales y las emisiones de carbono, por ejemplo, hacen muy complicado que animales y plantas puedan desarrollar su vida.
Para saber si un ecosistema es saludable y puede contener una gran variedad de vida, se usa a menudo la biodiversidad para medir su sostenibilidad. Cuando se trata de una ciudad, se pueden usar los mismos criterios que cuando se mide un espacio rural. Además, estudiar la biodiversidad urbana ayuda a tener datos sobre la contaminación del agua o del aire.
Algunas tendencias de urbanismo ecológico han introducido innovaciones en sus construcciones para integrar la naturaleza en los edificios. Por ejemplo, muchos de estos han agregado techos verdes y paredes vivas a sus fachadas. Con ello crean un aire más limpio, introducen nuevas plantas en el ecosistema local y proporcionan un hábitat para diferentes especies. También mejoran la apariencia de los edificios y ofrecen espacios verdes alternativos a los más tradicionales, como los parques.
Beneficios de conservar la biodiversidad urbana
La ordenación del territorio en una ciudad debería incluir la existencia de abundantes áreas verdes: parques, jardines, huertos urbanos y techos verdes. Esto ayudaría al mantenimiento de la biodiversidad urbana, que aporta varios beneficios que se pueden agrupar en:
- Servicios de abastecimiento. La biodiversidad urbana aporta los alimentos, las materias primas y el agua que necesita la población urbana.
- Servicios de regulación. La presencia de animales y plantas en los entornos urbanos tiene muchos beneficios:
- Mejora del clima local y las condiciones atmosféricas, reduciendo la contaminación del aire.
- Las plantas y los árboles son sumideros de dióxido de carbono, por lo que una mayor presencia de vegetación en las ciudades ayuda también a la mitigación del cambio climático mediante el secuestro y almacenamiento del carbono.
- Reduce la contaminación acústica.
- Disminuye la escorrentía superficial.
- Ayuda a la prevención de la erosión y la conservación de la fertilidad del suelo.
- Favorece la polinización, tan necesaria para la producción de alimentos.
- Regula los flujos de agua.
- Tiene grandes beneficios para el tratamiento de enfermedades tanto físicas como mentales.
- Servicios culturales. Una mayor biodiversidad urbana también aporta otra serie de bienes de corte social. Los espacios verdes ofrecen un entorno más sostenible y saludable para las actividades de recreo y deportivas. También potencian las interacciones sociales, el turismo, la apreciación estética o el sentimiento de pertenencia al lugar.