La silvicultura urbana y periurbana es la evaluación, la planificación, la plantación, el mantenimiento, la conservación y el seguimiento de los recursos forestales y arbóreos en las urbes y su periferia. Pero su función en las ciudades va más allá de lo puramente estético. La silvicultura urbana y periurbana tienen un papel funcional muy importante en la lucha contra el cambio climático. En este artículo te contamos por qué hay que plantar arboles para salvar el planeta.
Recientemente, la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) ha hecho públicos una serie de datos sobre los beneficios que proporcionan los árboles en las áreas urbanas. Así, destaca que su colocación estratégica puede bajar la temperatura del aire entre 2 ºC y 8 ºC.
¿Por qué hay que plantar árboles para salvar el planeta?
Como acabamos de ver, los árboles contribuyen a la regulación térmica de las ciudades. Plantar árboles en las ciudades puede ayudar a salvar el planeta, pero también te ayudará a ahorrar. De hecho, los árboles ayudan a no derrochar energía puesto que, si se colocan de manera adecuada en torno a los edificios, pueden reducir las necesidades de aire acondicionado en un 30% en verano. En invierno, una buena planificación silvicultural puede ayudarnos a ahorrar entre un 20% y un 50% en calefacción. Por ello, no es difícil entender por qué residir en una zona arbolada puede incrementar el valor de un inmueble hasta en un 20%.
Por otra parte, la Organización para la Alimentación y la Agricultura subraya que pasar tiempo cerca de los árboles mejora la salud física y mental. El contacto con estos seres vivos estaría aumentando nuestros niveles de energía y la velocidad de recuperación del cuerpo. Además, los árboles parecen contribuir a reducir la presión arterial y el estrés.
No podemos hablar sobre la importancia de la silvicultura urbana y periurbana sin hablar de su papel en la preservación de la biodiversidad que vive en la ciudad. Los árboles proporcionan hábitat, alimentos y protección a plantas y animales. De esta forma, los árboles contribuyen al aumento la biodiversidad urbana.
Por último, los grandes árboles de las ciudades son excelentes filtros para los contaminantes urbanos y las pequeñas partículas. Un árbol puede absorber hasta 150 kg de CO2 al año, secuestrar carbono y, en consecuencia, mitigar el cambio climático. Es, quizás, uno de los mayores recordatorios de que plantar arboles puede salvar el planeta.
Compromiso Aquae para frenar el calentamiento global
En Fundación Aquae luchamos contra el cambio climático, sembrando oxígeno al reforestar zonas calcinadas. El proyecto Sembrando Oxigeno, nació en 2015, después de que se produjera un terrible incendio que devoró más de 1.700 hectáreas en Pego. Este fue uno de los incendios forestales más devastadores en veinte años de la provincia de Alicante.
Desde entonces hasta hoy, hemos plantado más de 10.000 árboles a lo largo y ancho de la geografía española: Alicante, Asturias, Castilla-Leon, Murcia, Andalucía… Y es que este es el objetivo del proyecto Sembrando O2 de Fundación Aquae: conseguir concienciar sobre la necesidad de cuidar nuestros árboles, invitando a personas a formar parte de esta experiencia única. Desde el año 2015 seguimos fieles a nuestro compromiso de disminuir la huella de carbono.
El proyecto ha realizado actuaciones de restauración y repoblación en los municipios de Valladolid, Pego, Zamora y Torrevieja. En total, Fundación Aquae va a plantar más de 7.000 árboles, arbustos y plantas en un total de casi 130.000 metros cuadrados.
La sostenibilidad económica, social y medioambiental se ha convertido en el triángulo imprescindible para dar respuesta a los grandes retos a los que nos enfrentamos. La concienciación y la educación uno de nuestras principales herramientas para superarlos.