Los olores son protagonistas invisibles e inevitables en nuestras vidas: estimulan recuerdos, nos generan emociones, influyen en decisiones e incluso nos alertan de eventos futuros; no les podemos ver ni tocar, pero los percibimos. Tal es su importancia, que la ciencia y tecnología ayudan a identificar, diferenciar, cuantificar este invisible concepto e incluso descifrar olores que componen un olor o, dicho de otra forma, descifrar la invisible composición de lo invisible.
Luciano Vera nos habla de la percepción de los olores, o el sentido del olfato. Un sentido mediado por el nervio olfativo. Las células del receptor olfatorio (OR) son neuronas presentes en el epitelio olfatorio. Este es un pequeño parche de tejido en la parte posterior de la cavidad nasal. Hay millones de neuronas receptoras olfativas que actúan como células de señalización sensorial. Cada neurona tiene cilios en contacto directo con el aire. Las moléculas se unen a proteínas receptoras que se extienden desde los cilios y actúan como un estímulo químico. Inician, así, señales eléctricas que viajan a lo largo de los axones del nervio olfatorio hasta el cerebro.
¿Qué es el olor?
Un olor es causado por uno o más compuestos químicos volatilizados que generalmente se encuentran en concentraciones bajas. Concentraciones que los humanos y los animales pueden percibir por su sentido del olfato. Si bien «olor» puede referirse a olores agradables y desagradables, los términos «aroma» y «fragancia» se reservan generalmente para solo los agradables. Estos términos e utilizan con frecuencia en la industria alimentaria y cosmética para describir aromas florales o para referirse a los perfumes.
En el Reino Unido y otras naciones de habla inglesa de la Commonwealth, «odor» se refiere a aromas en general, sin connotaciones positivas o negativas. En los Estados Unidos, y para muchos hablantes no nativos de inglés en todo el mundo es diferente. «Odor», es decir, «olor» generalmente tiene una connotación negativa como sinónimo de «hedor». Un olor desagradable también se puede describir como «apestoso» o llamado o «hedor».
La percepción de los olores
Cuando una señal eléctrica alcanza un umbral, la neurona se dispara. Esta envía una señal que viaja a lo largo del axón hasta el bulbo olfatorio, una parte del sistema límbico del cerebro. Allí comienza la interpretación del olor, relacionándolo con experiencias pasadas y en relación con la (s) sustancia (s) inhaladas.
El bulbo olfatorio actúa como una estación de retransmisión que conecta la nariz con la corteza olfativa en el cerebro. La información olfativa se procesa más y se envía al sistema nervioso central (SNC). Este sistema controla las emociones y el comportamiento, así como los procesos de pensamiento básicos. La sensación de olor generalmente depende de la concentración (número de moléculas) disponible para los receptores olfativos.
Por lo general, muchos receptores reconocen un solo olor. Los diferentes olores se reconocen por combinaciones de receptores. Los patrones de señales neuronales ayudan a identificarlo. El sistema olfativo no interpreta un solo compuesto, sino toda la mezcla olorosa. Esto no se corresponde con la concentración o la intensidad de un solo constituyente. La mayoría de ellos consisten en compuestos orgánicos, aunque algunos compuestos simples que no contienen carbono, como el sulfuro de hidrógeno y el amoníaco, también son olorosos.
Un proceso en dos pasos
Luciano Vera nos explica que la percepción de un efecto de olor es un proceso de dos pasos. Primero, está la parte fisiológica. Esta es la detección de estímulos por receptores en la nariz.
Los estímulos son reconocidos por la región del cerebro humano que maneja el olfato. Debido a esto, una medida objetiva y analítica de este es imposible. Si bien las sensaciones de olor son percepciones personales, las reacciones individuales suelen estar relacionadas. Se relacionan con cosas como el género, la edad, el estado de salud y la historia personal.
ACERCA DEL AUTOR
Luciano VeraACERCA DEL AUTOR
Doctor en química analítica y director del centro de análisis molecular de olores de la compañía Odournet. Se ha especializado en análisis de componentes volátiles y olores por más de 10 años. Es autor y co autor de numerosos artículos científicos y de divulgación y expositor como experto en análisis químico de olores.