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¿Nos hundimos? Innovemos: Kiruna Living Lab

3 de Diciembre de 2014

Ya se sabe que para poder realizar investigación hay que experimentar y comparar. ¿Cómo contrastar y comparar diversos sistemas de gestión del agua en una ciudad? ¿Con qué los comparamos?

En Kiruna, en el norte de Suecia -donde, por cierto, vive la escritora de best-sellers de novela negra Åsa Larsson- la historia y la geología les han puesto en bandeja cómo hacerlo. Se van a “clonar” como ciudad. La sobreexplotación de las minas de hierro y magnetita se ha convertido en un problema geológico y urbano. Las excavaciones subterráneas amenazan con hundir la propia ciudad. Se ha decidido trasladar la ciudad unos kilómetros más allá.

Ya puestos, Kiruna va a aprovechar la ocasión para crear todo un entorno experimental sobre la gestión del agua. La ciudad “clonada” permitirá contrastar los nuevos métodos con los antiguos. Les interesa especialmente descubrir nuevas formas de hacer frente a los fuertes y súbitos incrementos de caudal de agua en la ciudad que producen las tormentas. Con el cambio climático estos fenómenos intensos van a más. Aprovechar las puntas de exceso de agua de escorrentía de calles y plazas es vital.  Kiruna forma parte de un consorcio sobre ciudades “sostenibles y atractivas para vivir”. Es el “hub” de experimentación principal pero hay otras ciudades en diversos países. Cómo no, Ámsterdam, en Holanda, donde la relación entre ciudad y fenómenos de exceso de agua es centenaria.

Lo extremo del sistema experimental de Kiruna es la escala y la capacidad de integrar diversos niveles, desde la infraestructura hasta las nuevas políticas de gestión del agua. Y también que, desde el principio, se adopte una estrategia de co-diseño con los diversos actores implicados: empresas, instituciones y ciudadanos.  Sigue la estrategia de Living Lab ajustada a los condicionantes de las “Ciudades Sensibles al agua”.

En esta estrategia de Living Lab, lo importante es poder integrar las necesidades y opiniones de los actores afectados por el problema. El programa de “Ciudades Sensibles al agua” intenta anticipar dos situaciones contradictorias pero esperables. Por una parte, una mayor frecuencia de tormentas con cantidades más altas de precipitación en menos tiempo. Por otra, períodos prolongados de sequía.

En el proyecto de investigación en el que se sitúa Kiruna, se trata de aprender cómo gestionar el exceso de agua en superficie (“run off”) asociado a las tormentas intensas. Típicamente en estas situaciones el sistema urbano es incapaz de absorber el exceso de precipitación. El resultado son inundaciones y destrozos. Pero no tiene porqué ser así. La creación de una red depósitos urbanos de agua de lluvia en la ciudad permite gestionar los súbitos aumentos de caudal que se desplaza por superficies pavimentadas. Esta es una solución que se utiliza en ciudades mediterráneas como Barcelona, donde el otoño es un momento donde abundan estos episodios intensos de mucha precipitación en poco tiempo.

Kiruna forma parte del proyecto  “Green/Blue Infrastructure for Sustainable, Attractive Cities”, que busca aprovechar las nuevas condiciones no sólo para gestionar el agua sino también para alimentar redes de sistemas urbanos verdes (huertos urbanos, etc.) con esa misma agua.

Que parte de la solución para el futuro de una ciudad en el norte de Suecia utilice y se inspire en modelos de meteorología mediterránea, no deja de ser una señal del grado de cambio que hay que esperar para el cambio de clima. El Norte, ¿el nuevo Mediterráneo?

ACERCA DEL AUTOR

Ramon Sangüesa
Fundador del Equipo Cafeína. Experto en programas de investigación en TIC, comunicación y arte. Coordina el Data Transparency Lab, iniciativa conjunta de MIT, Open Data Institute, Mozilla Foundation y Telefónica I+D.