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#COP21 No siempre nos quedará París

30 de Noviembre de 2015
La cumbre climática de París no es una más. Los que nos disponemos a asistir a ella tenemos la profunda sensación de que se nos acaba el tiempo y que París puede ser la última oportunidad antes de llegar al límite, alcanzar por fin un acuerdo serio, y evitar las peores consecuencias del cambio climático.

En las antiguas cartas de navegación los mares también tenían límite. Con el mapa desplegado sobre la mesa, el capitán alertaba a sus marineros señalando los confines del océano: mas allá hay monstruos, les decía señalando con el dedo los terroríficos grabados de dragones y leviatanes. Nadie se atrevía a adentrar sus barcos en las tinieblas de la mar incógnita donde lo que nos aguardaba era un nuevo continente. 

Llevo muchos años interesándome por el fenómeno del calentamiento global, intentando comprender su extraordinaria complejidad y su enorme magnitud. He dedicado varios libros, muchas horas de radio y televisión y decenas de artículos a divulgar su importancia y a promover la participación ciudadana para mitigarlo. Sin embargo compruebo con gran desesperanza que, pese al riguroso y documentado aviso de la ciencia, no corregimos el rumbo y seguimos en línea recta hacia los límites de la incertidumbre.

El límite en 2 grados

El límite del cambio climático es el aumento de temperatura: esos dos grados centígrados mas allá de los cuales hay monstruos. Todos los informes del panel de expertos en cambio climático (IPCC) coinciden en señalar que lo prudente sería no traspasarlo. Una de las primeras medidas para evitarlo es reducir las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) a más de la mitad respecto a 1990, año de referencia.

Ése es el principal objetivo de la Cumbre de París, en la que el presidente Hollande propondrá al mundo la firma de un acuerdo vinculante para alcanzar una reducción en las emisiones de GEI del 40 % para 2030 que deberá llegar al 60 % en 2040. 

Se trata de una propuesta ambiciosa, pero aún así los científicos dudan de que sea suficiente para evitar llegar a esos dos grados de aumento: límite más allá de la cual esta vez no nos espera ningún nuevo continente, sino monstruos en forma de inclemencias climáticas.   

Pero debemos ser optimistas. Tanto el presidente Obama como su homólogo chino Xi Jinping han expresado su voluntad de apoyar un gran acuerdo para combatir el calentamiento global. Aún estamos a tiempo de corregir el rumbo. Pero debemos ser conscientes de la importancia de la cita pues, al contrario que en la escena final del gran clásico del cine: no siempre nos quedará París.   

ACERCA DEL AUTOR

José Luis Gallego
Divulgador ambiental, naturalista y escritor. Colaborador habitual de TVE, TV3, La Vanguardia y Onda Cero. http://www.ecogallego.com/