Microrrelatos

Marciana naturalidad

La emoción le hizo abrir
los ojos y levantarse, observó por unos segundos el vasto y envolvente rojo del
lugar; baño, carbohidratos, escafandra y pasaje. Salió con ligeros pasos que condujeron entre pequeños hogares presurizados, niños jugando a ser superhéroes
(cuasi volando) y abuelitas cuidando sus preciadas flores marcianas.

Con una gran sonrisa entregó el pasaje y subió al «avión interplanetario» que lo llevaría al bonito punto azul. Euforia detrás del cristal, iba a casa. Feliz. Natural.