Al conocer el asesinato de la cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras me vino a la memoria la muerte -en circunstancias similares- del activista ambiental brasileño Chico Mendes. Ha pasado mucho tiempo (Mendes fue asesinado en su pueblo natal, Xapuri, el 22 de diciembre de 1988) pero el respeto por el medio ambiente y la vida de las personas no ha mejorado en absoluto en algunas partes del mundo.
La trágica desaparición de la defensora de la etnia Lenca me sirvió también para recuperar de mi archivo un artículo publicado en abril de 2014 en La Vanguardia Natural en el que explicaba que, según denunciaba el informe Deadly Environment –elaborado por la organización Global Witness-, un total de 908 personas que participaban en acciones de defensa del medio ambiente murieron violentamente entre 2002 y 2013 en todo el mundo.
Por curiosidad, unos días después volví a visitar la página en Internet de Global Witness y descubrí que habían añadido una información complementaria con este descriptivo título: ¿Cuántos más?
En 2014, recordaba este nuevo informe, se documentó la muerte violenta de 116 defensores del medio ambiente (un 20% más que en 2013), casi tres cuartas partes de los cuales cayeron asesinados en Centroamérica y Sudamérica, mientras que el sureste asiático fue la segunda región más afectada. También gracias a este documento pude confirmar que Honduras es el país del mundo con un índice per capita más alto de muertes de ambientalistas (101 asesinatos entre 2010 y 2014).
Berta Cáceres sabía que se jugaba la vida y, de hecho, ya había sido víctima de diversas agresiones antes de su asesinato. Muchas otras personas en todo el mundo se arriesgan cada día hasta las últimas consecuencias por defender los derechos humanos y los valores de la Madre Tierra (utilizando la denominación adoptada por Naciones Unidas para referirse al Día de la Tierra, 22 de abril). Para ellos deberían entregarse cada año muchos más premios Goldman. Sirva este modesto apunte para enviar a todos ellos mi mayor reconocimiento y admiración; extensible a sus familiares y amigos.
El discurso de Berta Cáceres en el acto de entrega del premio Goldman 2015 fue breve pero emotivo. De forma tristemente premonitoria, Berta dijo en San Francisco: «De los ríos somos custodios ancestrales, el pueblo Lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta».