Sembrando Oxígeno

Frente a los incendios y la pérdida de árboles, sembrar oxígeno

Según datos oficiales, en el primer semestre de 2019 se han registrado 6.885 incendios, un 54,6% más que en el primer semestre del año pasado, una grave situación que ocasiona problemas como la pérdida de masa forestal. Fundación Aquae desarrolla desde 2015 su proyecto de reforestación y plantación “Sembrando O2” para eliminar CO2.

54,6% más incendios
Los datos del primer semestre de 2019 de incendios en España dejan unas cifras alarmantes en comparación a las mismas fechas del año pasado. El total de incendios registrados es de 6.885, un 54,6% más que en el primer semestre de 2018. El fuego ha calcinado un total de 55.554,59 hectáreas de superficie desde el comienzo de 2019 hasta el 28 de julio, lo que representa casi cinco veces más que en el mismo periodo de 2018 con 11.671,54 hectáreas quemadas, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA)-

Según los datos del MAPA, durante lo que llevamos de 2019, se han registrado nueve grandes incendios forestales (GIF: cuando la superficie quemada supera las 500 hectáreas), frente al único registrado hace un año y los siete de media de la presente década. En total, ha habido 7.779 siniestros, de los que 3.704 han sido conatos (cuando la superficie quemada es inferior a una hectárea) y 2.810 incendios (cuando la superficie quemada es igual o superior a una hectárea).

En estos seis, 44,87% de los incendios se produjeron en el Noroeste; el 38,85%, en las comunidades interiores; el 15,76% en el Mediterráneo; y el 0,51% en Canarias. En total se han quemado 7.676,86 hectáreas de superficie herbácea (pastos y dehesas), 14.581,70 hectáreas de superficie arbolada y 33.296,03 hectáreas de matorral y monte abierto.

España, uno de los países europeos más afectados
España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por los incendios forestales y el segundo del Mediterráneo (por detrás de Portugal), un problema que amenaza con intensificarse debido a los efectos del cambio climático. Solo en 2017 y 2018 los incendios han provocado 225 víctimas mortales entre Portugal, Grecia y España.

«Un factor clave es el estrés hídrico de la vegetación, como consecuencia de la sequía, por lo que muchas plantas y árboles secos o muertos arden con facilidad por la escasez de lluvias. El abandono del medio rural y los usos tradicionales de los bosques ha incrementado la superficie de masas jóvenes y arbustivas; y la urbanización y los usos recreativos del monte se traducen en un mayor riesgo de ignición. Todo esto, unido a los efectos acumulativos del calentamiento global, ha creado las condiciones perfectas para que en nuestro país se registren grandes incendios», señala el bombero Oriol Vilalta, creador de la Fundación Pau Costa (responsable de la primera plataforma mundial para luchar contra los incendios forestales) y emprendedor social de la Red Impulsores del Cambio (RIC), promovida por Fundación Aquae y Ashoka, entre otras organizaciones.

Incendios de “sexta generación”
Los incendios que se registran en España suelen ser de segunda generación (ganan velocidad por el aumento de la biomasa, que se sigue acumulando hasta dar lugar a los de tercera generación, más intensos y frecuentes) y quinta generación (tras alcanzar núcleos urbanos, estos mega fuegos multiplican exponencialmente sus focos).

Cuando un fuego supera una velocidad de 4.000 hectáreas por hora, entre seis y doce veces la velocidad de un incendio normal, e, incluso, tiene tanta fuerza que es capaz de generar tormentas de fuego, se le denomina de “sexta generación”. Se trata de incendios muy virulentos y con cientos de focos que generan un efecto multiplicador.

«Un ejemplo lo vimos en junio de 2017 cuando se quemaron 53.000 hectáreas en Pedrógão Grande (Portugal), un siniestro que provocó la muerte de 66 personas. Este fuego llegó a quemar el monte a una velocidad de 14.000 hectáreas por hora», explica Vilalta que, junto a su equipo de la Fundación Pau Costa, investiga las nuevas dinámicas del fuego. En España, los incendios están aumentando su intensidad, por lo que tampoco podemos descartar que a corto-medio plazo nuestro país también registre incendios de “sexta generación”. Por eso, es más necesaria que nunca la prevención y concienciación. Debemos planificar, socializar el riesgo y hacer partícipe a la sociedad», concluye Vilalta.

Sembrando O2, plantar cara a los incendios
Fundación Aquae desarrolla el proyecto ‘Sembrando Oxígeno’ para plantar cara a los incendios que cada año, especialmente en verano, arrasan miles de hectáreas en nuestro país. El objetivo de este programa, puesto en marcha en 2015, es sembrar árboles en zonas que han sufrido un incendio o que sufren pérdida de masa forestal y la consecuente sequía y desertificación. Desde su creación, ya han plantado más de 10.000 y antes de que finalice 2019 sembrarán otros 2.500 árboles.

Los árboles actúan como “sumideros de carbono”, es decir, absorben CO2 (un árbol puede absorber hasta 150 kg de CO2 en 40 años) y, a su vez, generan oxígeno (22 árboles suplen la demanda de O2 de una persona al día). Por ejemplo, los 10.000 árboles plantados por Fundación Aquae hasta la fecha eliminarán más de 750 toneladas de CO2 en los próximos 40 años. Otro beneficio de los árboles: su colocación estratégica en áreas urbanas puede bajar la temperatura del aire entre 2 ºC y 8 ºC.