¿Quieres comprobar cómo funciona la tensión superficial del agua? Te invitamos a descubrirlo con un sencillo experimento que te permitirá conocer esta propiedad del agua. Para hacerlo, tan solo necesitas hacerte con una botella de vidrio, unas cuantas gasas, una goma de plástico y unos palillos. ¡Empezamos!
Para probar la tensión superficial del agua solo tienes que seguir este experimento. Primero, llena la botella con agua hasta casi el final. Tras eso, enrolla las gasas en la boca de la botella y coloca las gomas de plástico alrededor para que quede bien ajustada. Luego, dale la vuelta y verás que el agua… ¡no cae! La tensión superficial y las fuerzas atractivas entre el agua y la gasa permiten que el agua no caiga.
Las fuerzas intermoleculares del agua hacen que sus moléculas se mantengan unidas en todo momento. Gracias a la tensión superficial, la superficie del agua termina actuando como una especie de membrana elástica que impide que el contenido de la botella se derrame. Lo que determinará si el agua termina cayendo o no es la cantidad de los agujeros y su tamaño. Dándole la vuelta a la botella verás que hay algunas gotitas que intentan salir por los agujeros, pero se resisten al caer. Esto es obra de las fuerzas atractivas del agua.
Otro fenómeno que habrás percibido al hacer el experimento es que el agua tiende a subir poco a poco por las paredes del vaso. Al dejar agua en un vaso, se generan otras fuerzas (más allá de las intermoleculares) entre las moléculas de agua y las paredes del recipiente. Se trata de un simple experimento con cuatro objetos cotidianos, pero que nos permite ver, además de la tensión superficial del agua, otras propiedades únicas del líquido elemento.
Las moléculas que componen líquidos presentan una gran fuerza de atracción entre ellas llamada fuerza de cohesión. Esto hace que las moléculas se vean atraídas por las moléculas que están a su alrededor. Como hemos visto en este experimento casero, las moléculas de la superficie no tienen moléculas vecinas en la parte superior. Esto provoca que estas moléculas presenten una fuerza de atracción mayor sobre las moléculas que están a sus lados y por debajo.
Podríamos definir la tensión superficial como la propiedad de la superficie de un líquido que hace que éste muestre una resistencia a la fuerza externa. Esto es posible gracias a la fuerza de cohesión entre moléculas de los líquidos.