Echamos agua tibia en uno de los vasos y a continuación tres cucharadas de bicarbonato e introducimos los gusanos.
Esperamos 15 minutos…
Ahora, metemos los gusanos en el vinagre y ¡nadan!
Pero, ¿a qué se debe?
Al juntarse los gusanos impregnados en bicarbonato de sodio con el vinagre se produce una reacción química que provoca la formación de burbujas. Una vez que las burbujas de gas estallan, el gusano cae hacia abajo y se vuelve a cubrir de burbujas que lo hacen subir nuevamente.