El Clot de Galvany, un oasis que da cobijo a miles de especies

Este nuevo “Encuentro para la Biodiversidad” reúne a Mónica Fernández-Aceytuno junto al biólogo Juan Carlos Aranda, director conservador de este paraje, y a Víctor Sánchez, ambientalista y monitor del humedal, para conversar en torno a los logros medioambientales registrados en el Clot de Galvany durante las últimas décadas. A lo largo de la conversación, además de repasar la historia del Clot los protagonistas han querido enumerar los muchos beneficios que ofrece este espacio no solo para la fauna y flora local, sino también para la ciudadanía.

La gestión ambiental fue clave para recuperar y revitalizar este paraje alicantino que estuvo a punto de desaparecer hace 50 años y que hoy, sin embargo, es un área rebosante de biodiversidad en el que las aves siguen encontrando un lugar para el asentamiento y la reproducción. Y es que el Clot de Galvany da cobijo a más de 1.100 especies animales y vegetales. Todo un hito porque este espacio natural entre urbanizaciones renació, como explica Juan Carlos Aranda, “gracias al apoyo social y al buen hacer del ayuntamiento de Elche, que se mostró receptivo a intervenir y que tras hacerse con la propiedad ejecutó un proyecto de recuperación, que ha logrado regenerar el humedal y revertir la situación”.

Una de sus principales características es la gran diversidad de ecosistemas que lo conforman: fondos marinos, playas, dunas, terrazas de cultivo, montes, lomas, saladar y humedal. “En cada uno de ellos encontramos fauna y flora muy particulares, curiosas e interesantes. Allí sobreviven especies clave para la supervivencia del ecosistema, como el nenúfar blanco o el Limonium, y este año se ha batido el récord de reproducción de cerceta pardilla, contribuyendo a que esta especie haya pasado de estar en peligro de extinción a estar en estado crítico”, señala Víctor Sánchez.

Un punto de inflexión para la recuperación del Clot ha sido la gestión hídrica. El aporte de agua regenerada procedente de la depuradora de Arenales del Sol que gestiona Aigües d’Elx proporciona un agua depurada con una calidad extraordinaria que mantiene la cubierta acuática del paraje todo el año. A ello se suma la gestión de las charcas artificiales, construidas durante los años 2005 y 2007, que favorecen el desarrollo e incremento de la biodiversidad.

Además de su gran valor ecosistémico, el Clot es un aula abierta para toda la ciudadanía. “Queremos que lo hagan suyo y lo protejan”, apunta Sánchez. A través de diversas iniciativas de divulgación y educación ambiental, y actividades como talleres, concursos, charlas y paseos de reconocimiento se impulsa la corresponsabilidad ciudadana en la protección del enclave, un auténtico «pulmón verde» para la región.

Pero no solo eso, como lo describen los que mejor lo conocen, el Clot de Galvany es también un museo al aire libre. Ya que a la posibilidad de deleitarse con la abundante biodiversidad existente, se une la oportunidad de observar también restos romanos del pasado. Y es que hace poco más de una década se localizaron en el Clot, además de cerámicas y monedas de esa época, estructuras antiguas que en su día conformaron una granja romana unifamiliar con características ibéricas, datada de entre los siglos I y III antes de Cristo, y una ermita de los siglos XVII al XIX.

Catalogado en 2005 como Paraje Natural Municipal, el Clot de Galvany ha recibido diversos reconocimientos por su valor intrínseco como reserva de biodiversidad. Entre ellos destaca su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y su inclusión en el “Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana”