La gobernanza del agua es un tema de máxima actualidad. Nos encontramos una situación de escasez de agua y estamos mirando hacia un futuro donde esta situación no va a hacer más que agravarse. En este contexto, compartimos una serie de reflexiones sobre la gobernanza de agua que nos ayudarán a mirar al futuro con una actitud más sostenible.
La gobernanza del agua
Por otro lado, en estas reflexiones sobre la gobernanza del agua es crucial mencionar el crecimiento de la población y el desarrollo económico genera un aumento de la demanda de agua en las zonas más urbanizadas. Asimismo, las grandes concentraciones urbanas generan necesidades de complejas soluciones para el suministro de agua potable y tratamiento de las aguas residuales.
La garantía del suministro de agua en calidad y cantidad suficiente debe considerar muchos factores, desde los consumidores, patrones de comportamiento de la población, demandas de sectores industriales, infraestructura de almacenamiento y transporte, hasta la calidad de los recursos hídricos, los impactos en el cambio climático, inundaciones, sequías, etc.
Sin embargo, posiblemente, uno de los impactos más negativos que pudieran originarse son las inequidades por la falta de acceso a agua. Ocurre igual con el impacto en el medio ambiente a causa del no tratamiento de las aguas servidas, entre otras.
Latinoamérica muestra distintos ejemplos de esa desigualdad, conviven países con bajos niveles de cobertura, no sólo de saneamiento sino incluso de acceso al agua potable, con países con plena cobertura del ciclo integral en el suministro de agua y saneamiento para prácticamente toda la población.
¿Dónde radica la diferencia?
El acceso al agua debe ampararse con un modelo de gobernanza que promueva el desarrollo de las infraestructuras, el uso sostenible, la reutilización de aguas tratadas, la reducción de pérdidas, la transparencia, el pago por el agua consumida, la capacidad de reinvertir, etc., todo en ello en beneficio de la comunidad, de la sostenibilidad y de la reducción de las inequidades. Hay ejemplos de ello, Chile ha alcanzado el saneamiento de la totalidad de las aguas servidas en 12 años gracias a disponer de un modelo regulatorio que garantiza su sostenibilidad.
La gobernanza del agua existente está mal equipada para hacer frente a los aumento de la presión sobre los recursos hídricos. Esto es particularmente cierto para la dimensión global de la gobernanza del agua. A pesar de las buenas razones en contra considerando la dimensión global de la gobernanza del agua como principal punto de intervención, algunos argumentan que la crisis del agua debe abordarse como una crisis global que implica un sistema de agua global. Un enfoque multinivel captura el desafío de la gobernanza del agua e incluye el dimensión, y evita quedarse atascado en un debate sobre el punto correcto de intervención. Sin embargo, no se ha escrito mucho sobre cómo involucrar a los dimensión global.
La gobernanza mundial del agua no es ni totalmente ausente ni totalmente ineficaz. Sin embargo, la realidad es que queda mucho por hacer para hacer frente a las crecientes presiones sobre los recursos hídricos del mundo. El agua ha estado en la agenda de muchas cumbres. Desde la de Estocolmo Conferencia sobre el Medio Humano de 1972 a junio Cumbre de la Tierra Río + 20 2012. Sin embargo, la gobernanza del agua es solo poco institucionalizado a nivel mundial.
El futuro de la gobernanza del agua
Como ya hemos podido observar, la gobernanza del agua es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad. Por ello, se necesitan políticas eficaces y un compromiso internacional para dar solución a esta problemática y asegurar el suministro de agua potable a todas las generaciones por venir.