Microrrelatos

Despiste

La llamaban “Despiste” y era la hija del profesor de química. El padre se desesperaba por enseñarle los nombres de los elementos, las fórmulas químicas de las bases, los ácidos, las sales, y el de las distintas combinaciones; pero a ella no le interesaba. Lo único que logró enseñarle fue que el agua es protóxido de hidrógeno y la sal común es cloruro de sodio.

Lo que le encantaba era la cocina. El drama ocurrió cuando faltó la sal.

Fue al laboratorio y leyó en un envase: Hipoclorito de sodio.

—Debe ser lo mismo —pensó.