Según Eurostat 2013, entre 2003 y 2012 el porcentaje de estudiantes universitarios que optó por cursar estudios de grado o postgrado en ámbitos relacionados con la ciencia y la tecnología disminuyó casi en 5 puntos porcentuales. Por lo tanto, la necesidad de crear vocaciones científicas resulta inminente.
Un informe de la Fundación Axa y Educa 20.20, basado en una encuesta a 12.000 estudiantes de entre 16 y 20 años realizada recientemente, revela que en España sólo un 10,5% de los estudiantes elegirá los grados relacionados con las ciencias. Por otro lado, el 44,2% de los estudiantes de entre 16 y 20 años afirman que harán carreras de ciencias sociales y jurídicas. Un 16,77% prefiere estudios relacionados con la ingeniería y la arquitectura y el 23,9% carreras de salud.
El porcentaje se completa con el 4,8% de los alumnos que elige artes y humanidades como salida laboral. Los alumnos relegan la investigación -tanto científica como humanística- a un lejano segundo plano, por lo que el tejido de la innovación se reducirá considerablemente.
España: entre los peores niveles de innovación
El último informe sobre la economía española de la Comisión Europea incide en estos preocupantes datos, puesto que sitúa a España entre los países con peores niveles de innovación. Según Bruselas, la evolución de la productividad es demasiado pobre. Esto se debe, sobre todo, a la educación, la elevada temporalidad y la escasa innovación.
En lo que respecta a la educación, la forma en la que se enseña la ciencia en el aula tiene un impacto directo en las vocaciones futuras. Además del profesorado, el apoyo de la familia y del entorno cercano es determinante a la hora de que un joven se dedique o no a una profesión científica.
Es verdaderamente importante involucrar a los adultos en las actividades científicas dirigidas a niños de manera que la ciencia se consuma en un contexto familiar. A diferencia de otros países, en España no estamos acostumbrados a que los adultos participen en actividades científicas. Es una inversión a largo plazo que tiene una clara y positiva repercusión en la sociedad.
Una de las recomendaciones de la Comisión es asegurar la inversión en I+D. Sin embargo, se acaba de conocer que el Estado español solo gastó tres de cada 10 euros presupuestados para I+D en 2017. De los 4.635 millones previstos en las cuentas públicas del año pasado, el Gobierno únicamente desembolsó 1.376 millones, un 29,7% según los datos publicados por la Intervención General.
La necesidad de crear vocaciones científicas es inminente
Todos los expertos coinciden en algo: la acuciante necesidad de crear vocaciones científicas en todos los niveles educativos. El objetivo es revertir esta tendencia y la intervención de los educadores en este objetivo es prioritaria.
Esa es la misión esencial del Programa de Formación de Profesorado 2018 de la Fundación Aquae, en colaboración con la Fundación CERN&Society. Por segundo año consecutivo, permitirá que profesores de Secundaria y Formación Profesional puedan participar en un curso de formación impartido en la sede del CERN, el mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo.
El objetivo de este programa de formación, en el que Fundación Aquae becará a 19 profesores es doble. Por un lado, se pretende mejorar y actualizar sus conocimientos teóricos y técnicos. Por otro lado, ofrecerles herramientas para que puedan llevar este conocimiento de vuelta al aula, fomentando así las vocaciones científicas entre sus estudiantes.
Durante una semana, del 24 al 29 de junio, los y las participantes asistirán a clases y conferencias. Además, visitarán exposiciones, y participarán en talleres en los que aprenderán sobre las últimas novedades y descubrimientos realizados en el CERN. También tendrán la posibilidad de visitar las instalaciones de este centro de investigación líder en el mundo. También tendrán acceso, por supuesto, al acelerador de partículas construido bajo tierra.