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Cultivando vocaciones científico-tecnológicas

9 de Noviembre de 2015
Cada vez el porcentaje de jóvenes interesadas por las vocaciones científicas y tecnológicas es menor
Una encuesta reciente realizada por la Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología (FECYT) para determinar los conocimientos de los españoles sobre las materias relacionadas con la ciencia y la tecnología revela resultados preocupantes: sólo un 15% de los españoles tienen interés en la tecnología o la ciencia, porcentaje que baja hasta un 9,9% en el caso de las mujeres. Y desafortunadamente, estos porcentajes no están aumentando.

Sin embargo, es fundamental que formemos a las generaciones futuras hacia las vocaciones científicas, y sobre todo a las chicas ¡la diversidad incluye una aproximación a la paridad!, a ser eruditos digitales y que les ayudemos y animemos a adquirir conocimientos tecnológicos y científicos. Algunos países ya han desarrollado iniciativas en este sentido.

Uno de los esfuerzos de mayor envergadura es probablemente la iniciativa del Reino Unido de incorporar un currículum de ciencias de la computación en todos los colegios, a partir de los cinco años. Además, hay programas específicos para atraer a las niñas a las ciencias y la tecnología.

Los niños y las niñas británicas aprenderán cómo se representan los datos en los ordenadores y cómo se analizan dichos datos, aprenderán a programar, a diseñar algoritmos, entenderán qué es una red de ordenadores, sabrán cómo se comunican los ordenadores, cómo funciona la World Wide Web, los buscadores, las redes sociales, etc… 

A los niños y a las niñas británicos se les estarán dando oportunidades para desarrollar vocaciones científicas y tecnológicas, así como sus competencias digitales y llegar a ser eruditos digitales. ¿Y a los nuestros?

Para poder contribuir al futuro tecnológico es necesario entender la tecnología. Pero además, la contribución vendrá definida por la existencia de diversidad –como en cualquier área– en todos los aspectos: sociales, demográficos, económicos, culturales… Esto debería ayudar a fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas. 

Si no, el riesgo que corremos es que haya una élite minoritaria –y homogénea– de expertos que saben cómo funciona la tecnología y estarán contribuyendo al futuro, creando nueva tecnología; y una gran masa de gente que usara una tecnología que otros han creado y no estará capacitada para contribuir a ese futuro tecnológico. 

Potenciar las vocaciones científicas

Es importante destacar que la inacción no va a resolver la situación que hay ahora. Por una parte deberíamos poder ofrecer a nuestros niños una educación que les permita despertar su interés hacia las vocaciones científicas y tecnológicas).

Por otra parte, deberíamos implementar acciones para fomentar vocaciones científicas-tecnológicas entre nuestros jóvenes y especialmente entre las chicas, ya que en el contexto tecnológico hay una preocupante falta de diversidad de género con porcentajes muy reducidos de chicas que estudian carreras tecnológicas y aun menores de chicas que ejercen profesionalmente en posiciones técnicas. 

Algunas acciones incluyen dar más visibilidad a las carreras tecnológicas y al trabajo de los investigadores y sobre todo investigadoras en tecnología; identificar embajadores que, en primera persona, compartan sus experiencias y cuyas trayectorias puedan servir de inspiración a los estudiantes; ofrecer oportunidades para experimentar con y hacer proyectos tecnológicos; desbancar estereotipos erróneos sobre las carreras técnicas y los que trabajamos en ella (ej. son muy difíciles, quienes las estudian son geeks con limitadas habilidades sociales, etc…), mostrando su vertiente humana y su potencial para tener impacto positivo en la vida de todos y, sobre todo, animar a nuestros jóvenes –especialmente las chicas– a considerar una carrera técnica como una opción profesional con un inmenso potencial.

El mundo necesita más ingenieros, y aún más ingenieras. 

ACERCA DEL AUTOR

Nuria Oliver

Directora científica I+D de Telefónica