No cabe duda de que la ciencia y la tecnología moderna han permitido lograr grandes avances. Sin embargo, numerosos expertos apuntan al conocimiento tradicional como una oportunidad para la ciencia moderna de lograr una sociedad más sostenible.
La UNESCO define los conocimientos locales e indígenas como “el saber, las habilidades y filosofía que han sido desarrolladas por sociedades de larga historia de interacción con su medio ambiente”. Para los pueblos rurales e indígenas, el conocimiento local establece la base para la toma de decisiones en aspectos fundamentales de la vida cotidiana.
Las comunidades indígenas y pueblos locales han logrado sobrevivir a lo largo de los años en consonancia con la naturaleza y adaptándose a los diferentes estados de ésta sin perjudicarla.
La era industrial impuso un modelo de producción opuesto al desarrollado por las comunidades indígenas provocando, no solo un impacto en el medio ambiente, sino también una ruptura entre el conocimiento tradicional de estas regiones locales y la ciencia moderna “occidental”.
La necesidad de supervivencia ante los estados cambiantes de la naturaleza ha permitido a las comunidades locales desarrollar sistemas de conocimiento basados en la imitación de los procesos naturales.
Según el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), expertos y científicos de todo el mundo ven ahora en este conocimiento tradicional que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, una oportunidad de transformar nuestra ciencia hacia modelos que permitan construir una sociedad nueva y sostenible.
Aportaciones del conocimiento tradicional en la ciencia
Actualmente, la ciencia juega un papel muy importante en nuestra vida estando presente en muchos aspectos de ésta, ya sea a través de nuestros smartphones o incluso en nuestra comida. Pero lo cierto, es que parte de estos logros, tienen como base al conocimiento tradicional.
Más de la mitad de los cultivos que se producen en todo el mundo fueron desarrollados por pueblos indígenas de las Américas. Por ejemplo, el maíz proporciona por si solo casi una cuarta parte de la alimentación del mundo, según PNUMA.
El campo de la medicina es otro de los ámbitos que debe agradecer a este conocimiento tradicional algunos de sus grandes avances. La naturaleza ha servido de base de diferentes analgésicos, medicamentos para dietas, productos antioxidantes y antibacterianos
En los últimos años, el conocimiento ecológico está teniendo un papel fundamental en la mejora de la gestión de los recursos naturales y en el entendimiento de las causas y consecuencias de la crisis climática. El conocimiento ecológico tiene como base los saberes tradicionales propios de las poblaciones locales e indígenas que giran entorno a la sostenibilidad y el respeto del planeta como garantía de supervivencia como sociedad.
Potenciar el conocimiento
El conocimiento tradicional ha ido quedando relegado como forma de conocimiento con el paso de los años. Pero, cada vez más, la ciencia moderna comienza a tener ciertas limitaciones que le impiden avanzar hacia soluciones sostenibles para afrontar los futuros desafíos medioambientales a los que se enfrenta el planeta.
Según afirma el Programa de Medio Ambiente de la ONU, un mejor entendimiento entre la ciencia “occidental” y el conocimiento tradicional podrían ayudarnos a hacer frente a los retos futuros con el objetivo de crear una sociedad transformadora donde la sostenibilidad sea la base de su funcionamiento.
La era digital impulsada por las TICs son una oportunidad para revitalizar el conocimiento tradicional
Mientras que la ciencia formula principios y teorías que tratan de describir a la naturaleza y sus procesos, los sistemas de conocimiento propio de las regiones indígenas desarrollan valores, creencias y costumbre cuyo objetivo primordial es el entendimiento y respecto al medio ambiente y al universo.
La nueva era digital impulsada por las nuevas tecnologías de la información y comunicación son una oportunidad clave para revitalizar el conocimiento indígena y dotarles de un importante rol en la lucha contra el cambio climático y la optimización de los recursos, según explica la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Las TICs ofrecen infinidad de vías para representar y divulgar el conocimiento a través de diferentes formas de expresión permitiendo de esta manera que el conocimiento tradicional llegue a difundirse por todo el mundo. Además, esto ayuda a promover no solo su divulgación sino también su conservación en el tiempo para décadas futuras.
Ciencia abierta: una investigación accesible
El Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas define la ciencia abierta como un “movimiento para hacer que la investigación científica y la difusión sean accesibles a todos los niveles de la sociedad”.
La principal causa que ha provocado la división de la ciencia y el conocimiento tradicional se debe a la incapacidad de los expertos de ambos ámbitos de entenderse y comprender la complementariedad de los dos conceptos.
La ciencia abierta puede ayudar a conocer la experiencia indígena para construir un futuro sostenible
Los autores de la mayor parte de los textos académicos que tratan sobre los sistemas de conocimiento tradicional son de origen occidental. Esto no solo actúa como embudo para el conocimiento tradicional, sino que solo nos hace conocer un punto de visita sobre este concepto, argumenta PNUMA.
La ciencia abierta se plantea como el camino para lograr este entendimiento y fomentar así la colaboración entre investigadores científicos y poseedores del conocimiento tradicional. Este trabajo conjunto, por ambas partes, podrá ayudarnos a encaminar cada una de nuestras acciones hacia un futuro sostenible.
Una forma en que la ciencia abierta podría conducir a un futuro sostenible es ayudar a capturar la experiencia indígena en futuras evaluaciones del cambio climático y reflejar el conocimiento de los pueblos originarios a escala mundial.
Principales beneficios
Además de los beneficios que supondría para la sociedad global, las comunidades indígenas también saldrían reforzadas de esta relación.
«Un cambio global hacia la ciencia abierta apoyaría a los países en la gestión ambientalmente racional de los productos químicos y los desechos», dice Jacqueline Álvarez, oficial senior de gestión de programas de Productos Químicos y Salud en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).
La mayor parte de las comunidades indígenas no tiene acceso al agua potable, están expuestas a niveles elevados de toxinas en el agua y el suelo o están rodeadas de instalaciones de producción y procesamiento de productos químicos.
El avance de las nuevas tecnologías hacia la reducción de estos productos tóxicos, el reciclaje y la recuperación de estos desechos podría ayudar a cambiar la vida de los más afectados. La idea de ciencia abierta ayudaría a comprender mejor estas innovaciones haciendo más probable la cooperación entre gobiernos, organizaciones y empresas.
La ciencia abierta trata de resaltar la importancia de aprender uno de otros no solo como beneficios para la sociedad global sino también como camino indispensable para lograr los desafíos de sostenibilidad obligatorios para hacer frente a la inminente crisis climática y la escasez de recursos naturales.