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La amenaza del cubomedusa del Mediterráneo

3 de Agosto de 2015
la cubomedusa, una de las peores picaduras
La época se acerca. El verano está a la vuelta de la esquina y las proliferaciones de plancton gelatinoso (más comúnmente conocido como medusas, aunque no todos sus componentes lo son) empezará a ser más y más abundante en las costas de nuestro litoral. Las tenemos de varios colores y formas, pero, recientemente, ha aparecido una nueva especie relacionada con la medusa más letal del mundo.

La picadura de la cubomedusa puede ser letal y muchos científicos hablan de estos cnidarios como los animales más peligrosos del mundo. Las temidas cubomedusas son propias de mares tropicales como la Gran barrera Australiana o Filipinas. Hace no mucho tiempo se las consideraba escifomedusas, es decir, pertenecientes al mismo grupo que los “huevos fritos”, el “aguamar” o la Pelagia que tanto nos molestan en verano. Sin embargo, los taxónomos vieron claras diferencias, y propusieron separar estos cúbicos ejemplares en un grupo aparte.

¿Una picadura letal?

Las “avispas de mar” o cubozoos son considerados el grupo de cnidarios más peligrosos del planeta. De hecho, la picadura de cubomedusa es dolorosa y también puede ser letal. De hecho, se cobra la vida de varias decenas de australianos cada año sobre todo en zonas someras y cerca de estuarios y “lagoons”. Las más grandes no suelen medir más de 20×20 centímetros. Su umbela es un curioso cubo aderezado con tentáculos que salen de cada esquina llegando a medir unos tres metros de longitud. En los ángulos tienen un sistema muy óptico muy desarrollado por lo primitivo del animal. Y es capaz de percibir cambios de luz y formas a pesar de carecer de cerebro (como todas las medusas). 

El veneno de las cubomedusas o se trata de inmediato o es mortal: su dolor es tan intenso que puede provocar un shock impidiendo al nadador alcanzar la tierra firme, y el neopreno no siempre es suficiente para evitar su picada. En el NE de Australia hay carteles específicos que indican su presencia, lo que provoca una desolación de varias de las playas paradisíacas por temor a su terrible picada. Son animales de los que se conocen sólo unas 40 especies, y aparentemente restringidos a mares tropicales. Hasta ahora. 

Presencia de la cubomedusa en el Mediterráneo

Durante el verano del 2008 se observó una especie de cubomedusa en nuestras costas con abundancias elevadas. Se trata de Carybdea marsupialis, una pequeño cubozoo detectado en las playas de Denia, Alicante. Es una especie muy poco frecuente en el Mar Mediterráneo, por lo que nunca había sido tenida en cuenta como especie que formase grandes proliferaciones. Durante el periodo estival del 2008 la Cruz Roja reportó un número muy elevado de asistencias por picadura de cubomedusa en esta zona, debidas sin duda a esta casi imperceptible, transparente y aparentemente inofensiva medusa que formaba densos enjambres en la zona de rompiente. “Durante ese verano pudimos confirmar que esas asistencias se debieron a la presencia de la pequeña medusa” comenta Verónica Fuentes del ICM-CSIC.

La picadura de cubomedusa es más grave que las de la Pelagia noctiluca, pero no tanto como las de sus temidas parientes australianas. “La recuperación de sus picadas es más lenta que la de otras especies comunes en nuestras aguas” concluye Fuentes. Y ha vuelto a aparecer en otras ocasiones. Se sabe muy poco de su distribución ni de qué factores influyen en su ciclo de vida. Como en muchas otras especies de plancton gelatinoso, su ciclo biológico todavía no ha sido descrito. Queda mucho por entender sobre la biología y ecología de la cubomedusa del Mediterráneo. 

Las medusas del Mediterráneo

Estos datos básicos nos ayudarán a comprender mejor cuándo aparece la cubomedusa, por qué aparece y cómo podemos prevenir una mayor dispersión y proliferación. No es algo fácil, pero parece que Europa se ha puesto las pilas con el plancton gelatinoso y se empieza a interesar por el tema en serio… no vaya a ser que los turistas huyan despavoridos de nuestras playas y los pescadores saquen solo gelatina del agua. Algunos touroperadores ingleses empiezan a hacer mapas de dónde hay más y menos medusas en el Mediterráneo, y, ya se sabe, con una economía tan diversificada como la nuestra… ¡A ver si también reaccionan gobiernos regionales y estatales y continúan tomándose en serio las redes de avistamiento y monitoreo de estos incomprendidos animales!

ACERCA DEL AUTOR

Sergio Rossi
Científico, publica libros para niños, ecothrillers, ensayos críticos y numerosos artículos científicos en revistas especializadas y de divulgación en diarios y revistas como El País, Público, Quercus, Muy Interesante y Jot Down.