Volvemos a la isla de La Palma, esta vez bajo sus aguas. El mar de una isla en la primera línea de las Canarias, revitalizada por los vientos alisios y la corriente descendente del Golfo. Vigía altivo en el océano Atlántico con sus 6.500 metros de altura sobre el lecho oceánico. Con un paisaje espectacular de coladas, paredes, arcos y cuevas submarinas, testigo mudo de su vulcanismo.
Las cuevas submarinas de la isla son reducto de una fauna insólita, de delicados seres que encuentran refugio en la oscuridad permanente. Son el alma del volcán, donde el tiempo se desvanece en el olvido. Son testimonios silenciosos de la virulencia de la naturaleza en una época no tan lejana.
Hoy son remansos de paz, donde la vida parece ajena a la actividad solar. Lo que resulta una sensación errónea: el reloj de los biorritmos en las cuevas submarinas sigue funcionando aún sin la luz del sol.
Si bien, no todos los seres son prisioneros de estas cavidades volcánicas, algunos las usan tan solo como un plácido y seguro lugar de descanso. Pequeños manchones de arena se convierten en solicitadas camas para las rayas mariposa o los chuchos, como denominados localmente a la pastinaca.
La langosta pintada
Aunque estos espacios son sobre todo santuarios marinos para numerosos crustáceos, especies únicas e irrepetibles, como camarones, cangrejos y, sobre todo, la reina del lugar: la langosta pintada Panulirus echinatus.
En la calma de estos túneles de lava petrificados de La Palma se refugia de día a salvo de depredadores, y del hombre, para cambiar la oscuridad de la cueva por la oscuridad de la noche y salir en busca de su alimento: un pez dormido, carroña o algas, cualquier cosa le vale para llenar su estómago.
No son buenos momentos para esta especie que ha visto disminuir sus poblaciones mundiales, ya de por si escasas, en más de un 80%. Comparte geografía con islas del noroeste de Brasil, Cabo Verde, Ascensión y Santa Elena.
Mientras que en el archipiélago canario se restringe a las islas más occidentales, figurando tristemente en el Catálogo de Especies Amenazadas como en peligro de extinción. Algo que debe llevarnos a recapacitar en el modo de cómo estamos gestionando los recursos naturales.
Resulta muy triste una cueva sin vida, como un cofre vacío, por la inconsciencia del ser humano. Las cavidades submarinas son ecosistemas muy frágiles que amparan a unos seres únicos que no podemos permitirnos perder.
Más sobre La Palma
La Palma, también San Miguel de La Palma, es la isla más al noroeste de las Islas Canarias, España. La Palma tiene un área de 708 kilómetros cuadrados, por lo que es la quinta más grande de las siete principales Islas Canarias. La población total a principios de 2019 era de 82.671, de los cuales 15.716 vivían en la capital, Santa Cruz de la Palma y unos 20.467 en Los Llanos de Aridane. La Palma tiene el estatus de «ciudad hermana» con El Dorado Hills, California. Su montaña más alta es el Roque de los Muchachos, con 2.423 metros, siendo la segunda entre las cumbres de Canarias solo por detrás de las cumbres del macizo del Teide en Tenerife.
En 1815, el geólogo alemán Leopold von Buch visitó las Islas Canarias. Fue como resultado de su visita a Tenerife, donde visitó la caldera de Las Cañadas, y luego a La Palma, donde visitó la caldera de Taburiente, que se introdujo la palabra española para caldero o olla grande («caldera»)en el vocabulario geológico. En el centro de la isla se encuentra el Parque Nacional Caldera de Taburiente; uno de los cuatro parques nacionales de las Islas Canarias.