La resiliencia climática, un desafío para las ciudades
Promover el desarrollo urbano sostenible en todo el mundo es uno de los motivos que llevó a la Asamblea General de las Naciones Unidas a designar el 31 de octubre como el Día Mundial de las Ciudades. Este 2021 se celebra bajo el lema “Adaptar las ciudades para la resiliencia climática” con el fin de abordar los problemas que plantean el calentamiento global, la contaminación o la escasez de recursos naturales, como el agua.
En la actualidad, más de la mitad de la población vive en ciudades y, desde ONU Hábitat, ya estiman que esta proporción aumente hasta el 70% en 2050. El desarrollo sostenible dependerá, en cierta medida, de cómo se gestione este crecimiento urbano, pero sobre todo en cómo estas urbes sean capaces de hacer frente a la emergencia climática.
Según el World Resources Institute, las ciudades deben planificar y financiar sus infraestructuras y servicios básicos teniendo en cuenta la nueva realidad climática. Es en ellas donde más se sufren sus efectos a través de inundaciones, olas de calor o alteraciones en el clima. Y es que, como asegura Jorge Olcina, las ciudades españolas “están poco o nada preparadas” para asumir todos estos cambios que se avecinan.
“Si no se llevan a cabo medidas de adaptación al cambio climático, las ciudades se volverán menos amables para el ciudadano”. Es importante desarrollar planes que permitan hacer frente a estos efectos y que sirvan como hoja de ruta para crear urbes resilientes. Así lo cree el catedrático de la Universidad de Alicante, quien asegura que la sostenibilidad debe estar siempre en el centro de la gestión de las ciudades.
Adaptar las ciudades por la resiliencia climática
El aumento de precipitaciones, como causa de la alteración en el clima, es uno de los efectos más claros e inminentes de la crisis climática. Las lluvias serán menos frecuentes, pero también más intensas. Una situación que requerirá de una gestión más sostenible y eficaz del ciclo del agua, indica Olcina. En este contexto, plantea dos acciones claves para garantizar su funcionamiento: el abastecimiento de agua, procedente de la lluvia; y la necesaria adaptación de los sistemas de alcantarillado para gestionar estas precipitaciones más intensas, que ya están registrando en algunas ciudades mediterráneas.
Si no se llevan a cabo medidas de adaptación, las ciudades será cada vez menos amables con el ciudadano
Para lograrlo, el director del Laboratorio de Climatología confía en que renovar los sistemas de evacuación de agua es el primer paso para hacer frente a la variabilidad del clima derivado de los efectos del cambio climático. Y es que, el diseño actual de estos sistemas se realizó bajo otros parámetros climáticos que, con el paso de los años, están cambiando. La frecuencia de las lluvias torrenciales “requieren de nuevos sistemas de drenaje sostenible y de una red de alcantarillado que integre depósitos pluviales y parques inundables que permitan la reutilización del agua para otros usos urbanos”, argumenta Olcina.
El parque de la Marjal, en Alicante, es un ejemplo de resiliencia climática llevada a cabo por Aguas de Alicante. Se trata de una infraestructura verde integrada en un núcleo poblacional con una función hidráulica de retención de aguas fluviales y que permite reducir del riesgo de inundación en la ciudad. Y es que el Mediterráneo es una de las zonas de España que más se verá afectada por los efectos climáticos. En Aquae Papers 8 abordábamos, precisamente, con Jorge Olcina, y junto a otros expertos y profesionales, los retos del ciclo urbano del agua en esta zona.
Renovar los sistemas de evacuación es el primer paso para afrontar el cambio climático
Según explica Olcina, será en las zonas de clima mediterráneo donde se experimentarán dos efectos claros vinculados al cambio climático: una pérdida de confort térmico y una intensificación de las lluvias. Ambos obligarán a repensar ciudades como Alicante que requerirán de “un desarrollo de cambios en la planificación urbana y en el diseño de viviendas”, asegura.
La adaptación de las ciudades al cambio climático no es una cuestión específica de nuestro país o del litoral mediterráneo español, es una cuestión que afecta a todo el planeta. Es necesario poner en marcha medidas que aumenten la resistencia y resiliencia climática de las áreas urbanas. Solo así podremos crear ciudades capaces de luchar contra el cambio climático sin poner en riesgo a sus habitantes.