Los tentáculos del pulpo son "inteligentes"
La investigación, que ha sido publicada en 2019 Astrobiology Science Conference, se realizó a partir de dos especies de pulpo gigantes del Pacífico y con pulpos rojos del Pacífico oriental. Ambos ejemplares poseen alrededor de 500 millones de neuronas, de las cuales 350 millones se encuentran en los tentáculos denominados ganglios.
De este modo, dos tercios del total de sus neuronas se encuentra repartidas a lo largo de todo el cuerpo y no dependen de un sistema nervioso central, a diferencia de los vertebrados, y no necesitan para tomar determinadas decisiones que el cerebro sea el que actúa y envíe las órdenes.
Dominic Sivitillo, neurocientífico del comportamiento perteneciente a la Universidad de Washington y autor principal del estudio, ha explicado que los tentáculos poseen un anillo neuronal que no obedece al cerebro y puede tomar decisiones propias dado que “pueden enviarse información sin que el cerebro se dé cuenta de ello«. Además, de esta manera, aunque “el cerebro no está muy seguro de dónde están los brazos en el espacio, estos sí saben dónde están los otros y esto permite que los brazos se coordinen durante acciones como la locomoción al gatear«.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores dieron a cada pulpo distintos elementos: bloques, rocas texturadas, labridos de Lego y laberintos con comida en su interior. Mientras exploraban cómo exploraban esos objetos y buscaban comidas, los grabaron. También emplearon técnicas de seguimiento de comportamiento y grabación neuronal para poder establecer la manera que la información fluía a través de ese diversificado sistema nervioso dependiendo de cómo funcionaban los brazos. Ya fuese en sincronía, sugiriendo un control centralizado; o de manera independiente, apuntando a una toma de decisiones propia sin necesidad de centralización.
Así, pudieron comprobar que cuando obtienen información sensorial y motora de su entorno, las neuronas pertenecientes a los tentáculos procesan los datos y actúan en consecuencia de manera autónoma a su gran cerebro.
David Gire, neurocientífico de la Universidad de Wahsington y también autor de la investigación y del estudio, declaraba que “hay muchas preguntas abiertas sobre cómo estos nodos están conectados entre sí en el sistema nervioso”. Un modelo alternativo de inteligencia que da una idea de la diversidad del mundo cognitivo del planeta y, quizá, del Universo, según Sivitili.