Las distintivas orejas de las liebres
La liebre pertenece a la familia de las leporidae, una de las especies más conocidas. El tamaño de este tímido animal varía de entre 40 a 70 centímetros según la especie.
Las orejas son su rasgo más peculiar que permite diferenciar a simple vista entre machos y hembras. Dicen los que saben, que si al arrancarse echa la liebre las orejas hacia atrás, es un hembra. Sin embargo, si las deja erguidas, nos encontramos ante un macho.
La liebre posee un pelaje pardo-grisáceo que les sirve para camuflarse de sus depredadores. Entre ellos sobresalen los lobos, el búho real, diferentes variedades de águilas y el gato montés. Además, cuenta con unas largas patas traseras gracias a las cuales consigue correr a gran velocidad para huir de sus enemigos.
¿Dónde vive la liebre?
Se trata de un animal crepuscular y nocturno que es originario del viejo continente. En este sentido, es conveniente apuntar que la liebre ibérica (Lepus granatensis) es un mamífero endémico de la Peninsula Ibérica.
Así, se distribuye por todos los territorios salvo la Cornisa Cantábrica y las zonas situadas al norte del Ebro. Tienen la capacidad para adaptarse a entornos muy variados.
¿Qué come y cómo se reproduce?
Son animales vegetarianos, solo se alimentan de hierbas y plantas. A su vez, desde nuestros orígenes se ha considerado a la liebre como un animal fundamental para la alimentación.
Las madres forman rápidamente a sus crías para su independencia y abandono de la madriguera. Aunque hay alumbramientos durante todo el año, es con las flores cuando nacen más lebratos, cuyos padres se distinguen por las orejas. Las hembras son capaces de aparearse y guardar el esperma del macho, lo que les permite tener una nueva camada en poco tiempo tras haber alumbrado a la primera.
Los lebratos recién nacidos están desarrollados, ya que cuentan con pelo y los ojos abiertos desde el primer momento, a diferencia de los conejos que nacen ciegos y sin pelo.
Diferencia entre liebre y conejo
Pese a que liebres y conejos son de tamaño similar, su dieta es muy parecida y pertenecen a la misma familia, ambas especies presentan importantes diferencias. Una de ellas es la manera de vivir. Mientras que las liebres viven en montículos simples sobre el suelo (no lo hacen en grupos), los conejos lo hacen en madrigueras bajo tierra.
Otra diferencia es el tamaño. Las liebres son por norma general más grandes que los conejos, al igual que sucede con sus orejas. A ello habría que añadir que la velocidad a la que se desplazan las liebres es mucho mayor que la de los conejos.
En lo referente a su reproducción, y más allá de lo mencionado anteriormente sobre cómo nacen los lebratos, el periodo de gestación también difiere entre la liebre y el conejo común. En las liebres este tiene una duración de 42 días, por el mes completo de los conejos.
Como curiosidad, cabe destacar que en los ojos de la liebre podemos ver lo que mira también la luz en la ventana del taller de Durero al pintar una liebre salvaje en 1502.